A pesar de los temores de las víctimas y las asociaciones de bebés robados, el juicio no se aplazó y el doctor Eduardo Vela tuvo que responder y replicar las preguntas de abogados y Fiscalía por el delito del que es acusado: el robo de un recién nacido en 1969 en una clínica de Madrid. Era la primera vez que la puerta de una sala judicial se abría para tratar de dilucidar lo ocurrido en este caso y, de paso, devolver a la actualidad las centenares de denuncias.

Una jornada histórica pues -que tendrá continuación hoy- y que no quisieron perderse varias de las integrantes del colectivo Itxaropena. Entre ellas, Ana Carlota Domínguez, presente en el exterior de la Audiencia Provincial de Madrid y que ayer resumía y ponía en valor lo ocurrido ayer. En declaraciones a este diario, subrayaba que a su entender, “hemos llegado a un punto de no retorno que nos da lo que necesitábamos: que se empezara a tratar este tema tan gravísimo en sede judicial”.

Independientemente de cuál sea el desenlace de esta causa abierta contra el doctor Vela por su presunta participación en el robo de Inés Madrigal (la denunciante), las asociaciones de bebés robados y las propias víctimas estiman que “es algo positivo” ya que, incidía Domínguez (que busca a su hermana) “lo que ha ocurrido hoy [por ayer] es lo que muchos querían que no pasara nunca. Y al final ha pasado”, zanjaba.

Dentro de la sala, quien sí estuvo siguiendo esta primera sesión, fue Ana Belén González, del colectivo asociado de Castilla y León y que ayer declinó valorar lo sucedido y lo escuchado de boca del acusado, con 85 años y que a su salida de los juzgados fue clamorosamente abucheado por las decenas de personas concentradas a las afueras de la Audiencia madrileña. Entre ellas estaba Ana Carlota quien recordaba los momentos de tensión vividos, el calor agobiante y agotador... “Ha sido una jornada larguísima. Con mucho calor y muchas emociones contenidas... Madres al punto del desfallecimiento cuando ha salido el doctor Vela?”, telegrafiaba para DNA. El médico jubilado abandonó la sede judicial en un coche negro conducido por unos familiares. Iba en el asiento trasero, intentando taparse el rostro con una mano, lo que impidió que viera las pancartas pero no que escuchara los insultos: “criminal”, “asesino”, entre otros improperios.

Y Domínguez agregaba un apunte: “nos llama mucho la atención que toda esta gente que trabajó en Ginecología y temas relacionados, hay un porcentaje altísimo de senilidad y nadie se acuerda de nada. No reconocen sus firmas? es una locura lo que tenemos que seguir soportando”, lamentaba y denunciaba. De hecho, el propio doctor Vela se agarró a esos argumentos durante su declaración. “Suponemos que juez y Fiscalía sabrá interpretar bien todo esto”, expresaba la portavoz de Itxaropena.

La otra persona protagonista del día fue Inés Madrigal, víctima del primer juicio que se celebra en España por bebés robados. Entre aplausos dijo que “este ya no es mi caso, esto ha trascendido. Todo el mundo sabe ya que en este país se robaron niños”. Madrigal sostuvo que “es una cuestión de Estado” y que “la Justicia tiene que levantar la prescripción de los delitos”. De ahí el grito coreado por las personas concentradas: “Yo soy robada y no he prescrito”.

Petición de cárcel. El ginecólogo ya retirado se enfrenta a una petición fiscal de 11 años de prisión por un delito de sustracción de menores, suposición del parto, falsedad documental y detención ilegal.

Perfiles de ADN. “Yo he cruzado perfiles de ADN cuatro veces. Es muy doloroso”, declaró la denunciante tras escuchar al doctor Vela que “yo no le he dado ninguna niña a nadie”.

Mayoría de edad. Con 18 años, su madre adoptiva le cuenta la verdad. “Me dijo que era la hija de una señora que no me podía tenerme”, u “que todo había sido a través de un sacerdote llamado Félix”.