Bilbao - Los currículums académicos, profesionales y laborales transmiten casi siempre la impresión de ser muy elásticos, tal vez demasiado, con una enorme facilidad para acicalarse, encogerse o alargarse como cualquier chicle, a voluntad de la necesidad coyuntural. Pero a veces, hechos públicos bastante bochornosos como los que está protagonizando Cristina Cifuentes, y en cascada derivada bastantes políticos que han quedado curricularmente a culo pajarero, los ha puesto en primera línea informativa. La duda que le puede quedar a un ciudadano/a de a pie es si son de fiar y creíbles los que esgrimen los personajes públicos, de si todo vale y de si se puede mentir porque si “cuela cuela”, o si pueden simplemente adornarse, limando esquinas y edulcorando con palabras metafóricas algunas carencias reales. El típico “nivel de inglés medio” curricular que tanto da de sí y tan poco sirve en la práctica. Para acercarnos un poco más a la realidad profesional de un currículum nada mejor que la opinión de María Erkoreka, consultora en Recursos Humanos y experta en su elaboración y fundadora de Erkoreka Consultores, a través de la cual ayuda a empresas y profesionales a recolocarse. “Como se ha dado tanto valor a los títulos y los másteres, la gente miente mucho; sobre todo los políticos”, sostiene. “El currículum se puede adornar, ponerlo bonito de cara al reclutador para que lo lea, pero nunca jamás de los jamases se puede mentir porque se coge antes al mentiroso que al cojo”, añade contundente la experta.
“A partir de que te pillen en una mentira, todo lo demás, por muy maravilloso y veraz que sea, se pone en entredicho; pierdes reputación y marca profesional. Ahora el historial trasladado a redes sociales es el que genera tu marca profesional. Si está manchado por la mentira, olvídate de recuper la marca ya que has perdido toda credibilidad”, reconoce.
la difusa línea Entre la verdad y la mentira, la línea es muy difusa, tanto más cuando más público es la puesta de méritos; la diferencia quizás está que entre los que se dedican a la vida política es mucho más frecuente la inflación que la modosidad. En todo caso que en un currículum se ponga algo que sin ser mentira tampoco es verdad, pero da la apariencia de certeza es bastante habitual; no pasaría de una mentirijillas, pero cuando la mentira pasa a ser el daño, decir algo falso a sabiendas de que lo es entramos en otra dimensión. Y en esta entran con inusitada frecuencia numerosos cargos públicos.
“Mucha gente, entre ellos los políticos, ha menospreciado el currículum; cómo si no valiera para nada y la realidad es que sirve y mucho, siempre y cuando refleje la verdad de lo que eres. Es tu tarjeta de presentación. Por eso, a raíz del caso Cifuentes, numerosos cargos públicos del Estado y de Euskadi, como hemos visto en las redes sociales, se han apresurado a modificarlo porque no reflejaban la realidad”, explica María Erkoreka, que no entiende lo que impulsa a los políticos a falsear su historial profesional, “ya que no tienen/han tenido que presentarse nunca a un proceso de selección; son cargos elegidos a dedo”. ¿Por qué lo hacen? “Por la titulitis que impera en este país. Además resulta paradójico porque se llenan la boca recomendando a los jóvenes para que apuesten por la Formación Profesional (FP) y ellos no dejan de añadirse másteres y grados en su currículum. Luego cuando escarbas en su historial -lo que le ha ocurrido a Cristina Cifuentes y a otros como Roldán- te das cuenta de que mienten. Eso desprestigia no solo a su reputación, sino también al centro donde dicen haber realizado los estudios. El tráfico de influencias, el regalar las licenciaturas o facilitarlas a personajes públicos o con dinero desprestigia a la Universidad que pierde su marca. Además, repercutirá negativamente en todos los alumnos que se cursen el máster -que han tenido que ganárselo a pulso- ya que tendrán que dar muchas explicaciones para demostrar que a ellos no se lo han regalado”, subraya.
los valores María Erkoreka reconoce que elaborar un currículum es difícil. “Antes de hacerlo debes de hacer una interiorización de lo que eres. Cada vez más los reclutadores dan a los valores como un elemento decisivo en la selección del candidato/a idóneo. Por eso es clave que el historial lo refleje. Hay que fijarse bien en las virtudes de la empresa a la que van a enviar su candidatura. Además, lo que buscan ahora las organizaciones es gente buena; con unos conocimientos determinados, pero personas buenas y éstas no mienten. Si mienten ya no las quieren, por eso a personas como Cristina Cifuentes no la contratarían; su credibilidad está en tela de juicio. Si es capaz de engañar en una nimiedad, en qué otras cosas puede llegar a mentir. Lo trasladas a la vida real y pasa exactamente igual”, sentencia María Erkoreka.
Datos personales. No es preciso poner la dirección completa de residencia, solo la localidad. Añadir el nombre y apellidos, código postal, e-mail, móvil, evitando el teléfono de casa. Importante reflejar el perfil de Linkedin bien trabajado.
Fácil de leer. El currículum debe de poder leerse rápidamente. Por eso es mejor resumir la experiencia y formación en una sola página.
Idiomas. Es importante distinguir entre “perfil” (titulación oficial máxima adquirida en un idioma) y “nivel” (el grado de conocimiento del mismo sin disponer de titulación oficial).