Un centenar de ganaderos junto con cooperativas agrarias, productores de lácteos, empresas de distribución, organismos públicos y personalidades de la vida social, cultural, deportiva y de la comunidad científica unieron ayer sus voces para destacar el papel esencial de la leche de vaca -y sus derivados- en la dieta diaria de cualquier persona, tenga la edad que tenga, y alertar a la sociedad de las consecuencias de su cada vez menor presencia en los hábitos alimentarios.

Más de un productor presente en el acto organizado dentro de la iniciativa Nirea no escondía su preocupación por el descenso en el consumo. “Es una cuestión de moda”, apostillaba uno de ellos. Otros preferían achacar esa bajada del consumo a “discursos sin rigor científico” que pululan por espacios físicos y virtuales y que se propagan con demasiada rapidez. Una mala prensa que desde hace ya muchos años persigue a la leche -y derivados- y que además de poner en peligro la subsistencia de miles de puestos de trabajo (unos 1.500 en la CAV) puede ser una amenaza para la salud.

Así lo exponía ayer públicamente Bittor Rodríguez (doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos) cuando subrayaba que la leche y los lácteos son alimentos “de un excelente valor nutricional e interés dietético”. Y lo hacía con datos probados: el consumo regular de leche y productos lácteos, “además de contribuir a una adecuada salud ósea y crecimiento, protegen frente a enfermedades de alta prevalencia en nuestra sociedad”.

Suya fue precisamente la recomendación de recuperar la costumbre de tomar a diario entre dos y tres raciones. Y derribó otro falso mito: hacerlo en todas las edades, no solo en la niñez. Estas palabras de Rodríguez no fueron las únicas que avalaron científicamente que la leche es un alimento “completo”. Ahí estuvo el doctor en Bioquímica e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Investigación en Alimentos, Javier Fontecha, quien destacó que la leche es un “básico” para la primera etapa de la vida, pero también para la dieta del adolescente y del adulto, “debido a su amplia gama de nutrientes esenciales”.

“Destaca su aporte de calcio, potasio y magnesio, asociados a una regulación de la tensión arterial, proteínas de alto valor biológico que contienen todos los aminoácidos esenciales y su elevada digestibilidad genera péptidos bioactivos”, ilustraba. También hubo datos más pegados al día a día: 588 explotaciones venden leche de vaca; el número de vacas de leche es de 21.993 cabezas y el volumen de leche comercializado asciende a 186 millones. Con todo, su consumo ha descendido desde los 106,57 kilogramos por persona de 2005 a los 70,7 de 2015; y el de otros lácteos (leches fermentadas, batidos, mantequilla, queso, helados y tartas, postres lácteos y otros) se ha reducido un 13,7% en el mismo periodo, hasta los 39,6 kilogramos anuales por persona.