Bilbao - En el patio de cualquier centro educativo, la distribución suele ser similar: grandes pistas de fútbol situadas en los espacios centrales. Ahí, los niños mayores juegan al fútbol y, en la periferia, el resto de los niños y, sobre todo, las niñas. “Los chicos, desde muy pequeños, aprenden a ocupar los espacios centrales del patio, los espacios más valorados, los primeros lugares en las filas de entrada a la escuela, o la entrada al comedor (...) El espacio público es “suyo”, ya que los juguetes que les han regalado desde muy pequeños implican, por un lado, el uso de un espacio en el que sea posible el movimiento y, por el otro, existe la idea de que los niños varones son movidos y necesitan acción”, sostiene Amparo Tomé en el análisis Estrategias para elaborar proyectos coeducativos en las escuelas.

La coeducación aboga por transformar estos espacios. Se trata de mejorar las relaciones intergénero rompiendo para ello con los estereotipos. En definitiva, se trata de que niños y niñas compartan el espacio de una forma equitativa y diversa. “Hay que convertir los patios en espacios vitales y no grises en los que se juega al balón. Diversificar los juegos, diversificar usos y espacios, que niños y niñas jueguen indistintamente a un montón de juegos, no a uno solo, el fútbol, y en la periferia las niñas”, apunta Tomé.

“Los patios tienen que ser jardines vivos, con arena, con tierra, con hierva, que los niños y niñas vean los cambios en la naturaleza. Y si tuviéramos animales en las escuelas, mejor”, añade. Y es que, según Tomé, “los niños urbanos son incultos en la vida, porque se la arrebatamos”. No les damos opciones para que vivan y se pregunten por esos cambios en la naturaleza. La observación de los animales es fantástico para entender los procesos de vida, pero no están en contacto con seres vivos. Estamos taponando aquellas historias que tienen que ver con lo afectivo, la sexualidad, la naturaleza, con la vida”, analiza.

Alboan acompaña desde hace cinco años a varios centros educativos vascos que han puesto en marcha iniciativas coeducativas. Ofrece, asimismo, formación teórico-práctica a profesores, ya sea de forma presencial o virtual. Durante las jornadas Coeducación en la escuela: caminar hacia una sociedad más igualitaria, tres centros educativos compartieron sus experiencias de coeducación, muy centradas en la transformación de las dinámicas en el patio.

“En cuanto tú les propones un juego diferente, se abre ese espacio. Si dejas el espacio libre, ellos cogen el balón y el centro del patio, y ellas se van a la esquina. En cuanto les propones un juego diferente, ya sea cuidar la huerta, jugar a la cuerda, música, el espacio se vuelve diferente. Tienes que meter la mano”, explicó Zaloa, profesora de infantil en el Colegio Santa María de la Providencia-Aldatze, de Eibar.

Según Amparo Tomé, “se ha demostrado que el patio tiene que estar dividido en tres partes: una tranquila, otra más dinámica de juegos diversos y otra para la exploración de la naturaleza”. - M. Martínez