bilbao - Las desigualdades de género se traducen en desigualdades en salud. Por ejemplo, las mujeres no solo tienen una imagen peor de su salud que la que tienen ellos, también sufren mayor número de problemas de ansiedad y depresión y padecen más migraña, varices, alergias, anemias o cataratas. Y aunque vivan una media entre seis y siete años más que los hombres, una vida más larga, no significa una existencia más saludable. Porque “la desigualdad hace mucho más daño a las mujeres”, tal y como señaló Teresa Laespada, diputada foral de Inclusión Social e Igualdad de Bizkaia en la inauguración de la XLV Semana de Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB) que se celebra bajo el lema Género y salud. “Hoy, más que nunca, toca trabajar para que las sociedades caminen hacia la igualdad y hacia el empoderamiento de las mujeres. Está constatado que al incorporar la mirada de género las sociedades avanzan y progresan más rápido. Por eso hacen falta espacios de reflexión como esta Semana de Humanidades para ir más allá de lo inmediato y lo superficial”, aseguró Laespada.
Por su parte, Ricardo Franco Vicario, presidente de la Academia de Ciencias Médicas, aseveró que “la inclusión de la perspectiva de género en los ámbitos sanitarios y de la salud es una necesidad transversal cuya responsabilidad atañe no sólo a las administraciones implicadas, sino también a los profesionales sanitarios y a la propia ciudadanía”.
A pesar de los avances sociales “en el ámbito de la salud existen todavía en nuestro entorno abundantes focos de vulnerabilidad que sitúan a la mujer como grupo de riesgo. Esta vulnerabilidad es de una urgencia insoslayable en ámbitos como la cooperación al desarrollo y en el colectivo de migrantes, donde vivimos situaciones que llaman a la acción solidaria”, manifestó.