MADRID. Propuestas que han sido consensuadas por las más de 40 entidades que integran este movimiento, impulsado en 2017 por la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD), y que han dirigido a productores, familias, administraciones públicas, sistema sanitario, fuerzas de seguridad, educadores, medios de comunicación, sector del ocio e instituciones de prevención y tratamiento del consumo de drogas.

Y es que los datos son "absolutamente brutales", en palabras del vicepresidente de la FAD, José Ignacio Calderón: siete de cada diez adolescentes de entre 14 y 18 años ha bebido en el último mes, el 30 % hasta emborracharse, y el consumo compulsivo hasta los 16 años se ha disparado del 14 % al 37 %.

Unas cifras que sitúan al alcohol como la sustancia preferida por los jóvenes, según la encuesta Estudes del Plan Nacional Sobre Drogas 2014-2015.

En evitarlo, los productores, distribuidores y comercializadores deben ser una parte activa, y de momento ya están "preocupados y absolutamente abiertos a colaborar dentro de lo que le es posible", ha asegurado Calderón.

La Movilización Alcohol y Menores recomienda a este sector introducir en el etiquetado información sobre los riesgos de un consumo no responsable o abusivo en grupos vulnerables, como son los menores, así como garantizar que las sustancias alcohólicas no estén adulteradas y cumplan con los máximos requisitos de calidad y control sanitario.

También sugiere separar las bebidas alcohólicas de las no alcohólicas en las grandes superficies y comercios, colocar carteles informativos de los riesgos de un consumo no responsable o eliminar los patrocinios y la publicidad de la industria en eventos específicamente dirigidos a menores.

Sobre la futura ley del alcohol, en la que los grupos ya trabajan mediante una ponencia de estudio dedicada al efecto de esta sustancia en los menores, Calderón ha abogado por una normativa "no muy ambiciosa que se cumpla que una muy ambiciosa que no se cumpla" y que "sea lo suficientemente rigurosa" a la hora de sancionar sobre "el fácil acceso al consumo".

"Me encantaría que la ley no fuera solamente represiva, sino que contemplara todo el tema preventivo, educativo, de apoyo a las familias...", y ello para que "la sociedad vaya asumiendo las posibilidades de modificar esas conductas por su propia decisión" porque "cuando las cosas son por prohibición, todo el que puede se la salta", ha señalado.

Algo en lo que ha coincidido Rosa Belda, de la Confederación de Padres y Madres de Alumnos (Cofapa), quien ha apostado por "estar cerca" de los chicos desde pequeños y generar "un vínculo de confianza" porque los progenitores son "los primeros educadores, no son amigos".

Pero en su opinión, "no todo tienen que ser prohibiciones y castigos", sino que hay que darles alternativas de ocio, para lo que es esencial que los padres reciban formación.

También Gema Cantero, responsable de Formación de Equipo Educa, ha resaltado la importancia de establecer "buenos canales de comunicación" con los hijos desde antes de la adolescencia, poniendo "normas y límites y explicándoles cómo decir que no", porque así estarán mucho "más protegidos" cuando salgan del ámbito de la familia.

Y para poder dedicar el tiempo que ello requiere, es esencial dotar a las familias de las herramientas necesarias, con lo que "la conciliación" se erige como uno de los instrumentos fundamentales, ha concluido.