MADRID. Y debería ubicarse como factor de riesgo cardiovascular porque más del 50 % de la población tiene valores por encima de los 200 miligramos por decilitro de sangre, y solo el 35 % de los enfermos tiene un tratamiento adecuado y el 17 % están controlados.
Estos son algunos de los datos que han ofrecido en rueda de prensa los representantes de la Fundación Española del Corazón (FEC), de la Federación Mundial, de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Fundación de Hipercolesterolemia Familiar (FHF) y la Sociedad Española de Arteriosclerosis.
Todos ellos han rubricado una declaración para visibilizar la hipercolesterolemia como una prioridad en los planes de salud a nivel nacional y autonómico a través de una hoja de ruta cuyas principales directrices están marcadas por la Federación Mundial del Corazón, presidida por David Wood.
Esta ruta, según el profesor Wood, tendría que incluir una campaña de sensibilización para incrementar el conocimiento de la HC.
Para combatir uno de los factores de riesgo más determinantes en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular (causa una cuarta parte de la mortalidad por esta patología), no solo hace falta caminar por lo que se viene a llamar en muchos pueblos y ciudades como las "rutas del colesterol".
También es necesario adoptar otras medidas, como una dieta saludable, ejercicio, dejar el tabaco y en algunos casos tomar determinados fármacos como las estatinas, tal y como han dicho el presidente de la FEC, Carlos Macaya, y el cardiólogo Leopoldo Pérez.
Además se debería crear un registro de muertes prematuras (antes de los 70 años) de pacientes.
Pero el plan debería tener una estrategia específica para prevenir la hipercolesterolemia familiar (HF), porque no todos los 'colesteroles altos' se pueden prevenir y tienen origen en causas modificables.
Hay algunas HC que tienen razones genéticas y naturaleza crónica, y los afectados presentan un aumento del riesgo del riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular prematura con una pérdida potencial de 20 a 30 años de vida si no reciben diagnóstico ni el tratamiento adecuado, según ha explicado el doctor Pedro Mata, el presidente de la FHF.
En el Estado, se estima que de 150.000 a 180.000 personas padecen hipercolesterolemia familiar y sólo el 20 % estaría diagnosticado.
Se sabe que estos pacientes tienen un riesgo trece veces superior a padecer una enfermedad coronaria que la población general.
Por eso, según Mata, nos enfrentamos a un reto de salud pública que afecta a la familia, cuyo diagnóstico y tratamiento "son obligatorios", y que debería abordarse con "un plan nacional de detección" que podría aprobarse en un próximo Consejo Interterritorial de Salud.
El 'reto' debería comenzar desde la infancia ya que los niños que la padecen deberían comenzar a tratarse con fármacos desde los diez años aproximadamente, pero antes, desde los dos años, deberían seguir una dieta saludable y suficiente ejercicio físico.
"Existe falta de concienciación y resulta necesaria una sensibilización para que la hipercolesterolemia ocupe el lugar que le corresponde por sus gravísimas implicaciones", según Leopoldo Pérez, quien ha subrayado que muchos infartados son conscientes de su alto colesterol cuando llegan al hospital.
A diferencia de lo que ocurre con otros factores de riesgo cardiovascular, su manejo se presenta como uno de "los menos atendidos en las políticas de salud", según Macaya.
Se suele presentar junto con otros factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el síndrome metabólico, el tabaquismo o la enfermedad renal, y esto multiplica el riesgo cardiovascular total.
En España es responsable del 24,6 % de los fallecimientos por enfermedad cardiovascular en el caso de los hombres y del 22,5 % en mujeres.