Bilbao - Cuando delitos tan graves como un homicidio o una agresión sexual son cometidos por menores, como al parecer ha ocurrido en Bilbao y Barakaldo, se reabre el debate sobre si las penas actuales son suficientes o si, por contra, existe cierta impunidad. Extremo que desmiente Javier Urra, psicólogo de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid y primer Defensor del Menor. “Esa impunidad no existe, pero sí hay esa percepción. Los medios han transmitido que un menor es casi como un irresponsable y que no le pasa nada y eso no es verdad. Hay sanciones duras, pero los chavales creen que por ser menores tienen patente de corso y eso es muy grave”, denuncia.
Tras enmarcar este tipo de sucesos “en una sociedad que, en general, es violenta”, Urra señala que “esto ha pasado siempre” y que los jóvenes no delinquen ahora más.
“Según los datos de la Fiscalía General del Estado, los menores cometen menos delitos que antes, salvo en lo que respecta a la violencia de género, que va en aumento, y la violencia de hijos que agreden a sus padres, que también va a más”, detalla y apunta al consumo de drogas como un factor a tener en cuenta. “Eso está generando un problema social importante que hace que los chavales cometan a veces actos atroces con una consciencia muy relativizada por los consumos”, afirma.
Aunque aboga firmemente por la “prevención”, una vez que los menores “cometen hechos gravísimos como estos”, dice, “hay que sancionarles porque la sanción es parte de la educación y para que las víctimas, sus familiares y su entorno sepan que hay justicia y hay una respuesta. Esperemos que, como tanta otra gente, se rehabiliten”, confía este experto. De hecho, apunta, “el 80% de los jóvenes a los que se les impone una medida judicial en el Estado no reinciden”.
No obstante, insiste en “poner el énfasis” en la prevención “porque ahora podemos intentar que no reincidan, pero el daño ya está ocasionado”. “Esa idea de dejar al niño que haga lo que quiera y como quiera es un problema. Si el chaval hace en su casa lo que le apetece el riesgo de que lo haga en el colegio es alto y también en la calle”, advierte. Lejos de alarmar, aclara, “la mayoría de nuestros jóvenes son estudiosos y responsables, pero es verdad que tenemos algunos que nos generan graves problemas y en este caso ha coincidido que ha sido en el País Vasco”. - A. Rodríguez