MADRID. "Las modas cambian porque el 155 antes no era un número bonito, es un número feo porque es un número muy bajo. La gente no quiere los números muy bajos ni los números muy altos, pero en este caso se terminó el 00155 y la venta de la terminación 155 va también muy bien", explica en una entrevista con EFE la presidenta de Loterías y Apuestas del Estado, Inmaculada García.

Más allá de la fiebre por esa cifra, la única que se ha agotado hasta la fecha en 2017, la crisis catalana no ha tenido un impacto en las ventas del sorteo de Navidad, según García: "La media de las ventas va más o menos como en el resto de España".

"Se está vendiendo en Cataluña porque la Lotería es muy de ellos también, Barcelona es la segunda ciudad donde más ha caído el gordo, y se vende muy bien", sentencia.

García bromea, además, con que la campaña para las elecciones del 21 de diciembre anime las ventas: "Están más en la calle y estar más en la calle favorece el comprar".

Preguntada por las voces independentistas que han llamado a no comprar lotería navideña, la directiva concede que "no merece la pena hacer mayor caso", ya que "somos tantos en este mundo que hay gente que dice de todo".

Según García, la media de las ventas de décimos para el sorteo del 22 de diciembre va "mejor que el año pasado por estas fechas", por lo que espera que el 2017 sea el cuarto ejercicio consecutivo en el que se registre un incremento de la facturación.

La presidenta de Loterías y Apuestas del Estado adelanta que la terminación en 13 está cerca de agotarse, "el más demandado siempre".

Es uno de los números "estables", como lo es el 69; el 7, el 5 y el 3, por este orden, son las terminaciones favoritas.

La elección del número suele ser bastante subjetiva: la superstición, los flechazos y las circunstancias personales -como la fecha del nacimiento de un hijo- son determinantes para la elección, destaca García.

La directiva niega que haya "números malditos" que se queden sin comprador: "Con todo lo que se vende, es muy difícil que todo el mundo coincida en un número".

Soria sigue siendo la provincia con mayor gasto per cápita en la lotería de Navidad, aunque en Levante y Cataluña se compra mucho. Por ciudades, ganan Madrid y Barcelona, también las dos más premiadas históricamente.

Las ventas por internet, que arrancaron en 2015, demuestran "una evolución positiva con unos incrementos de casi el 20 %", pero en términos absolutos su peso es muy pequeño porque la gente sigue prefiriendo el ritual de comprar el décimo físico.

Son los más jóvenes, y más hombres que mujeres, los que optan por la venta en línea. En las administraciones quienes más compran son los adultos de mediana edad.

En referencia a la campaña de publicidad de este año, que ha dirigido Alejandro Amenábar y que ha sido criticada por machista, García reconoce que cada año surgen voces a las que no les gusta: "Está en nuestro ADN criticar, ver cómo se puede mejorar, hacer gracias; es parte del ritual del anuncio y del postanuncio".

"Siempre hay algo que interpretan de una forma que no es, pero hay que respetarlo. Igual que los memes, que se hable, que todo el mundo opine. Eso está bien y está dentro de lo normal.

Es muy difícil que todo el mundo hable bien de lo mismo porque entonces todos pensaríamos igual", añade.

Todo está listo para el sorteo del día 22, una "liturgia" cuyos detalles empezaron a gestarse el pasado enero: se repartirán 15 millones de premios por valor de 2.380 millones de euros.

El viernes llegarán los bombos al Palacio Real y la únicas incógnitas son el número que saldrá agraciado y a qué hora se cantará.

"El 22 es el día de la boda: la novia es el bombo y todos los años nos casamos. Todos queremos ser el novio que se case con el Gordo", dice García. Asegura que no está nerviosa porque ella no es la novia.