MADRID. Cinco de estas jóvenes han sido liberadas de esta trama: dos en Arrecife y otras tres en Barcelona, Valencia y Gasteiz, ciudad en la que se han practicado dos de los arrestos, según informa la Dirección General de la Policía.
La organización contaba con una fuerte infraestructura desde Nigeria, donde captaban a las mujeres, hasta llegar a España, aunque previamente las víctimas hacían escala en Turquía, Grecia y Francia.
A todas ellas las sometían a rituales de vudú en los que les llegaban a extraer sangre, cortar trozos de uñas de manos y pies, pelo de la cabeza, vello púbico y de las axilas, o incluso a obligarlas a comer un corazón de gallina crudo.
Una vez en España, las víctimas eran trasladadas a diferentes ciudades como Madrid, Gasteiz y Barcelona para obligarlas a ejercer la prostitución tanto callejera como en clubes, bajo el estricto control de los miembros de la red.
A través de dichos rituales las víctimas se comprometían a no denunciar a sus explotadores, a no escaparse y a entregar todo el dinero que obtuvieran a los miembros de la organización, además de contraer una deuda que rondaba los 55.000 euros.
Una vez que llegaban a su destino se les retiraba la documentación y se les obligaba a ejercer la prostitución siendo frecuentes las palizas a las que su explotadora las sometía si no ganaban lo suficiente o desobedecían sus órdenes.
Únicamente podían abandonar el domicilio para ejercer la prostitución en la calle desde las 20:00 hasta las 05:00 horas del día siguiente, siendo vigiladas continuamente por los miembros de la organización que informaban de todo lo acontecido a la cabecilla.
La investigación culminó con la detención de 7 personas -2 en Arrecife (Las Palmas), 3 en Madrid y 2 Gasteiz-, entre ellas la máxima responsable de la organización, una mujer de nacionalidad nigeriana, responsable de la captación y de la explotación sexual de las víctimas.