Bilbao - Todos los artículos y estudios realizados sobre el fenómeno migratorio de los menores extranjeros no acompañados (MENAs) destacan que componen un colectivo especialmente vulnerable y desprotegido. En los últimos meses esos informes también inciden en que el número de menores que están llegando al Estado español desde comienzos de 2017 es casi un 50% superior al del año pasado y que en los nueve primeros meses ya se contabilizaron 5.380.
Según los datos facilitados por el Gobierno español, el 31 de diciembre de 2016 figuraban inscritos en el Registro de MENA 3.997 menores tutelados o acogidos por los servicios de protección: 3.470 niños y 527 niñas. Las estadísticas oficiales indican también que desde 2014 y hasta mediados de 2017 han llegado al Estado un total de 16.379 menores inmigrantes. Sin embargo, la Fiscalía General del Estado, que califica de “muy preocupante” la evolución en la llegada de estos menores, considera que es imposible saber cuántos han llegado realmente a las fronteras de Ceuta y Melilla o las costas españolas de forma oculta o clandestina.
Los profesionales de Peñascal Cooperativa y de Harresiak Apurtuz que trabajan para facilitar la inserción de estos jóvenes reconocen que a Euskadi, que no es territorio fronterizo con Marruecos ni está entre los puntos de llegada de pateras, vienen muchos de ellos atraídos por los programas de atención y formación que les permiten cumplir su objetivo de trabajar. Así lo destaca María Larrinaga: “Vienen con un objetivo muy claro que es buscarse la vida y eso implica que lo que quieren es trabajar. Eso les diferencia enormemente de los adolescentes autóctonos”.
La llegada de MENAs a Euskadi se inició unos años más tarde que en el resto del Estado, donde empezaron en 1996, pero rápidamente se convirtió en uno de los territorios que más menores acoge. En 2008 la CAV fue la comunidad autónoma que más ingresos de menores extranjeros concentró y en 2009 ocupó el segundo lugar.