vitoria - Algunos lo hacen en solitario, pero la mayoría opta por arrejuntarse con la pareja o, en otros casos, con amigos. Y es que, irse de casa de los padres no es cosa fácil para la juventud vasca debido a la carestía de la vivienda, a los bajos sueldos que perciben -aquellos que trabajan- y a las dificultades que tienen para acceder a un crédito. De hecho, solo uno de cada cuatro menores de 30 años (26,8%) vive emancipado aunque su deseo de independizarse es ya evidente desde que cumplen los 24, más o menos. Así queda reflejado en un documento del Observatorio Vasco de la Juventud en el que también se confirma una tendencia: el alquiler gana terreno en todas las franjas de edad analizadas entre los 16 y los 34.

Así las cosas, la edad media a la que la juventud vasca abandona el nido familiar es a los 29,9 años cuando en el conjunto de Europa es de 26,1 años. No obstante, tal y como se apostilla en uno de los apartados del informe, el porcentaje de personas jóvenes emancipadas se ha incrementado con respecto a los años anteriores a la crisis económica. En 2008, por ejemplo, el porcentaje de emancipación entre los jóvenes de 16 a 29 años era del 19,8% y en 2015 [últimos datos existentes] es del 26,8%. Una evolución que contrasta con las personas jóvenes en esa misma franja de edad que estaban trabajando: el 42,8% en 2008 y el 34,8% en 2015.

Ese diferencial entre salario y emancipación estaría siendo solventado por las ayudas económicas de la familia que confiesan recibir de forma regular el 7,8% de los jóvenes independizados (el 9,4% reconoce que percibe esos donativos de forma ocasional). En este sentido, otro de los aspectos que llama la atención es que uno de cada cuatro (25%) atraviesa una situación de sobreesfuerzo económico para afrontar los gastos comunes (agua, luz, comunidad, manutención,?) ya que el 40% de sus ingresos son destinados a pagar el recibo del alquiler o de la hipoteca. Eso sí, el porcentaje de jóvenes en apuros ha descendido con respecto a 2011 cuando el 32,5% reconocía tener pagos pendientes.

El abaratamiento de los importes de las cuotas hipotecarias podría ser la causa de este comportamiento en positivo. Baste recordar que en 2008, por ejemplo, la media mensual era de 959 euros y en 2015 se situaba en 619 euros. Una evolución similar ha experimentado en ese mismo periodo la renta media de alquiler que ha pasado de 969 a 872 euros. Y, en esta línea, también ha decrecido el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 29 años que han tenido que regresar al hogar familiar por motivos económicos: un 2% en el curso 2015 cuando en 2013 suponían el 3,1% del total de menores de 30 años.

Por territorios, la juventud emancipada de Bizkaia es la que afronta mayores gastos en concepto de cuota hipotecaria o renta de alquiler. De media son 573 euros cuando en Gipuzkoa el gasto medio es de 513 y en Araba 492. “Este menor gasto mensual de la juventud alavesa puede guardar relación con la mayor extensión de la vivienda protegida en este territorio”, describe el documento elaborado por el Observatorio Vasco de la Juventud. De hecho, otro de los aspectos analizados en el informe también deja constancia de que entre las personas emancipadas el 59,9% “nunca” se ha inscrito en el Servicio público de vivienda. “Entre quienes viven con sus progenitores, la gran mayoría (90,7%) no se ha inscrito nunca en este tipo de servicios”.

Parque público de vivienda En este sentido, el documento constata que solo un 3,6% de la juventud de hasta 30 años emancipada es titular de una vivienda. Y otro 1,7% ha resultado beneficiaria de un piso del parque público pero tuvo que renunciar a ella por no poder hacer frente “al gasto que suponía o no poder acceder a un crédito”. “El porcentaje de personas jóvenes emancipadas -se añade- titulares o adjudicatarias de vivienda pública ha descendido del 10,1% en 2013 al 3,6% en 2015”. En ese mismo intervalo de años (2013 a 2015) Araba presenta los mayores porcentajes de jóvenes emancipados en vivienda protegida (10,5%) mientras que en Bizkaia se registra el menor (2,3%).

No obstante, todo este hábitat cambia por completo cuando se alcanza la barrera de los 30 años. El motivo principal tiene que ver con la mejora de la situación laboral; y la consecuencia directa de esta mayor estabilidad es el aumento de la emancipación entre las personas jóvenes de entre 30 y 34 años hasta el punto de triplicar (74,3%) la tasa de los más jóvenes. Otro aspecto que destaca en esta franja de edad, en contraposición con la de 16 a 29 años, es que el 48% de los más mayores ha comprado la vivienda en que reside. Y la cuarta parte de las personas emancipadas de 30 a 34 años con gastos mensuales en hipoteca o alquiler está en situación de “sobreesfuerzo económico” para abonar esos gastos ya que tienen que destinar más del 40% de los ingresos del hogar a pagar esos gastos.

En ambos grupos de edad se consta que los colectivos con más serios problemas para hacer frente a los gastos de la vivienda “y con mayor proporción de sus miembros en situación de sobreesfuerzo económico para abonar la hipoteca o el alquiler son las personas de clase social baja o media-baja y quienes disponen de menos de 1.200 euros al mes. La juventud extranjera también enfrenta más dificultades” que la nacida en tierras vascas, concluye el informe La emancipación de la juventud de Euskadi. 2015 presentado hace unas semanas.