vitoria - Son las cuidadoras por antonomasia, pero son las peor cuidadas. En Euskadi faltan unas nueve mil enfermeras y las que hay -8.500-, trabajan en condiciones precarias y se sienten “quemadas” y estresadas, según un estudio elaborado por el Sindicato de Enfermería, Satse. A juicio de esta central, la presión es tal que provoca un importante desgaste emocional y físico de los profesionales. Así, el 51% de las enfermeras vascas sufren el síndrome del profesional quemado, mientras que siete de cada diez se siente estresada y el 81% entiende que sus condiciones de trabajo han empeorado. Es lo que, al menos, concluye el informe Percepción de estrés en los profesionales de enfermería. Comparativa 2012-2017, que ha hecho un diagnóstico sobre la situación actual del sector y del sistema sanitario.
Para la responsable de Salud Laboral de Satse-Euskadi, Carmen Vide, “En Euskadi, para muchas enfermeras y enfermeros, cuidar de los y las pacientes conlleva que su salud se resienta”. Y es que, según subrayó, ésta es la comunidad donde la enfermería está obligada a prolongar más su jornada laboral debido a la carga de trabajo. En este sentido, aseguró que la actual ratio de enfermeras por cada mil habitantes en la sanidad pública vasca es raquítica. Apenas de 3,8, frente a la media española de 5,3. Explicó que los datos oficiales sitúan la media vasca en 5,6 porque suman la red pública y privada. La sobrecarga laboral provoca que Satse cifre la plantilla “ideal” de este colectivo en Osakidetza en cerca de 18.000 trabajadores -cuando actualmente dispone de apenas 8.453-, lo que le acercaría a la ratio media europea de ocho por mil habitantes.
Así las cosas, la buena calidad de los cuidados enfermeros está en peligro ya que ese déficit de plantilla, sumado a los “recortes” derivados de la crisis económica, ha provocado un panorama muy gris que repercute en la atención a los pacientes. En la encuesta, enfermeras y enfermeros alertan sobre sus malas condiciones laborales, lo que provoca un deterioro de la calidad asistencial. “Reconocen que sufren un pésimo ambiente laboral y no tienen tiempo ni recursos necesarios. Como consecuencia, su salud e integridad física se sigue resintiendo, y continúan sufriendo estrés y otras dolencias en un porcentaje muy alto”, señaló ayer Vide.
En cuidados intensivos El estudio, que pone en la UVI a la enfermería, analiza el sector “después de los recortes” ya que hace cinco años, se elaboró un informe de similares características. Sin embargo, tras comparar resultados, la central constata que “la situación de los profesionales y del sistema es incluso peor que en plena crisis”. “En 2012 había una crisis que podría justificar los recortes, pero en 2017 ya no hay excusa”, afirmó Vide.
Las conclusiones para Euskadi revelan que siete de cada diez profesionales (71%) se siente estresado, cinco de cada diez (51%) ‘quemado’ y siete de cada diez (70%) sufre agotamiento emocional. Asimismo, muchos profesionales manifiestan dolencias y síntomas físicos. Para la responsable de Satse, “ las autoridades sanitarias se vanaglorian de las estadísticas de atención sanitaria, o de intervenciones quirúrgicas. Lo que no cuentan es que el sistema sanitario se cae a pedazos porque están dejando que la salud de sus profesionales se deteriore y los están llevando al límite”.
En este punto, Vide también aludió a los riesgos a los que está sometida la profesión, entre ellos las agresiones y el hecho de manejar medicamentos peligrosos y muestras biológicas “sin las medidas de salud laboral adecuadas”.
Otro dato muy revelador es que seis de cada diez (62%) cree que la atención a los pacientes ha empeorado. Esta última cifra, según Vide, se explica también por los cambios de unidades “para cubrir huecos”, lo que provoca en el profesional “inseguridad y miedo a cometer errores, ya que no controla el nuevo servicio”. Por todo ello, demandan a la administración aumentar de manera urgente las plantillas en Osakidetza. Reclaman asimismo estabilidad laboral a través, por ejemplo, de nuevas OPEs. Asimismo exigen la consolidación y el blindaje de la jornada de 35 horas así como un incremento salarial; la reactivación de la carrera profesional y el desarrollo de entornos de trabajo seguros.
Dolencias. Siete de cada diez profesionales se sienten estresados y sufren agotamiento emocional. Asimismo, muchos manifiestan síntomas físicos. Un 95% padece tensión muscular; un 92%, nerviosismo, temor o angustia, y un 86% tiene trastornos del sueño.
El 62% cree que la atención a los pacientes ha empeorado, y el 80% no dispone del tiempo necesario para atender a los pacientes como desearía.
8.453
Consideran insuficiente la plantilla de más de ocho mil sanitarios y demandan de manera urgente su ampliación, a través, por ejemplo, de nuevas OPEs.
Fijos5.719
Interinos1.116
Eventuales1.618