Bilbao - Berasategui pone el acento en la necesidad de vigilar la caducidad de los cosméticos y ser cuidadoso con la limpieza de las lentillas. “Las lentes de contacto hay que limpiarlas con productos específicos y no hacer guarradas como chupar la lentilla y ponérsela”, advierte esta oftalmóloga de Cruces, y especialista en órbita y oculoplastia del ICQO, Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología.
De todos los cosméticos que usamos para resaltar los ojos, ¿cuáles presentan más riesgo?
-Tal vez el eyeliner y la máscara de pestañas porque son los que están más cerca del ojo. De todas las reacciones por cosméticos un 12% ocurre en los párpados porque su piel es tan fina que absorben las sustancias. Los cosméticos para pestañas pueden provocar dermatitis, y los cosméticos que se aplican en la piel afectan a todo el párpado. Un ejemplo son los eyeliner que pueden contener níquel y provocar dermatitis. Pero lo que da muchos problemas es que compartamos los accesorios de maquillaje.
¿Por qué?
-Porque en nuestra piel hay microorganismos que están en una determinada cantidad y cada vez que nos intercambiamos la esponjita, el cepillo de la máscara o el pincel pasamos una cantidad de esas bacterias y las metemos dentro del botecito del maquillaje.
Insiste en que es necesario controlar la caducidad de los productos.
-Sí, los productos de cosmética deben renovarse y hay que fijarse mucho en su fecha de caducidad. Por eso hay que prestar atención a los símbolos de los envases. Y no es ninguna tontería ni un capricho de las firmas comerciales. Es porque llevan conservantes. Hay que recambiarlos a menudo para evitar que sus conservantes dejen de hacer efecto y, por tanto crezcan microorganismos.
¿Microorganismos?
-Eso es debido a que el agua (elemento presente en la mayor parte de los cosméticos) facilita el crecimiento de bacterias y otros microorganismos. Y si no están en buenas condiciones, nos podemos provocar una conjuntivitis o una blefaritis.
Pues a veces queremos estirar y estirar la vida útil de los productos.
-Sí, y hay hábitos muy peligrosos. Mucha gente, como quiere alargar la máscara hasta el infinito y más allá, la moja en el agua del grifo o echa unas gotitas para diluirla. El problema es que en el agua corriente hay microorganismos que a veces le van mal al ojo. Uno de ellos es un bichito que provoca la infección de la córnea que se llama queratitis infecciosa. Es especialmente peligrosa en la gente que usa lentillas porque las personas que las llevan tienen más facilidad para causarse pequeñas heridas en la córnea. Si a eso le sumas el agua corriente, puedes provocarte esa infección que es muy seria.
¿Y qué me dice de la moda de tatuarse la raya del ojo?
-Lo más importante de la micropigmentación es hacérsela en un centro con garantías. Hasta hace años se empleaban pigmentos que tenían metales y podían dar problemas si te tienes que hacer una resonancia, que funciona por campos magnéticos. Pero en buenas manos no tiene por ir mal, el problema es que no sepas qué utilizan o no tengan suficiente cuidado y entren dentro del ojo que te puede provocar una quemadura. Es igual que lo que ocurre con el tinte de pestañas. He visto en la Urgencia unas quemaduras tremendas porque se lo han hecho en no se sabe dónde.
Ahora está de moda ponerse extensiones en las pestañas.
-Sí, pero su uso también puede ser negativo para nuestros ojos. Someter durante largos periodos de tiempo a las pestañas a una carga de peso adicional provoca un traumatismo mecánico al folículo que desemboca en la caída de la pestaña.