Madrid - ¿Puede el ser humano romper su límite biológico de 120 años de vida? La alimentación, el ejercicio, poco estrés y la genética son los grandes secretos de los centenarios, pero los avances de la biomedicina permiten pensar que, no muy tarde, la humanidad pueda batir todos los topes de la longevidad. Las denominadas zonas azules del planeta, aquellas en los que un número significativo de personas alcanzan o superan los 100 años -y, lo que es más importante, en buenas condiciones- son cinco: Okinawa, en Japón; Icaria, en Grecia; Nicoya, en Costa Rica; Loma Linda, en EEUU y Cerdeña, en Italia.

Aunque distantes entre sí y cada una con sus particularidades, sus ancianos tienen nexos como una cuidada alimentación basada en el consumo de verduras, frutas y pescado; actividad física moderada, poco estrés y tiempo para la meditación o la relajación.

Muchos de estos aspectos los desarrollan “inconscientemente”, señalaba Antonio López Farré, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM. “Por ejemplo, en Icaria, donde seis de cada diez personas superan los 90 años, tienen que subir y bajar por la montaña diariamente para comprar el pan, o se echan una siesta de 30 minutos”, describía.

Pero si hay algo que les une es la felicidad: “Todos los centenarios a los que hemos preguntado han contestado que son felices”, asegura el catedrático. En España no existen zonas o pueblos que destaquen por una longevidad excepcional, aunque son Málaga y Melide, en A Coruña, las que más sobresalen por su cifra de centenarios. - A.G. / Foto: U. Beroiz