Bilbao - Tras los responsables del Consejo Escolar de Euskadi, las ikastolas y las direcciones de la red pública hoy toma la palabra Mikel Ormazabal, director de Kristau Eskola en la serie de entrevistas organizadas por DNA para analizar las propuestas de los principales agentes del sector ante el proceso de reflexión abierto en Euskadi para alcanzar un pacto educativo.
Hoy ha inaugurado oficialmente el curso en Kristau Eskola, ¿qué retos se plantean?
-Presentamos el Plan Estratégico 2017-2021 que aprobamos en la última Asamblea General. Planeta una serie de novedades a partir del estudio sociológico y demográfico que realizamos y la reflexión compartida realizada con los equipos directivos de los dos últimos años respondiendo a una pregunta,¿qué Kristau Eskola queremos ser para esta sociedad tan cambiante, laica, secular...? Además por primera vez hemos incluido en nuestra estrategia distintos imputs recibidos de otros agentes educativos, del mundo de la empresa, de la política y de las instituciones.
¿Qué medidas propone?
-Cómo hacer que la marca de Kristau Eskola sea más conocida, cómo incidir ante la nueva Ley Vasca de Educación, cómo dotar a los centros de un valor añadido, formación del profesorado... Queremos ofrecer un Observatorio Educativo sobre innovación no solo para nuestros centros sino también para toda la comunidad. Y luego el desarrollo final del Plan Heziberri del Gobierno Vasco, es decir esa nueva ley que dicen que parece qué ? Nosotros nos presentamos como un agente educativo proactivo dispuesto a colaborar con el Gobierno y con el resto de los agentes porque hay algo que hacer.
Pues entremos en harina. Esta semana ha arrancado el proceso de reflexión para un pacto educativo con cinco huelgas a la vista en la pública. ¿Es el momento más propicio para alcanzar un acuerdo de este calibre?
-Todos queremos que haya un pacto. Yo distinguiría entre el pacto y la nueva ley, porque si no hay un pacto en el sentido de aunar miradas sobre el futuro del sistema educativo, ver qué nos une y nos acerca, mal andaremos.
¿Por qué son necesarios el pacto y la ley?
-Porque tenemos unos retos impresionantes a nivel de sistema.
¿Como por ejemplo?
-Como por ejemplo cómo hacer para no perder los activos que tenemos en el sistema ante la progresiva reducción del alumnado debido al retroceso de la natalidad. Esta realidad demográfica nos va a obligar a todos los agentes a resituarnos. Y luego cómo implementar Heziberri, este Currículum basado en competencias y pensado desde aquí. Esto exige a todos aunar miradas y dejar de lado las diferencias que hay, convencido de que todos contribuimos para que el sistema educativo vasco sea de calidad, que ofrezca igualdad de oportunidades y equidad. Y otro reto es ver cómo responden los partidos políticos.
¿Pude haber sorpresas en el ámbito político en Euskadi?
-Cuando se habla de pacto a nivel de Estado, los partidos están todo el tiempo manifestando las divisiones que tienen. Así, ¿qué pacto vas a hacer cuando el modo de funcionar de los partidos no es en colaboración sino en contra de? Me cubre de escepticismo el hecho de que no sé si hay realmente una voluntad cierta en todos los agentes y partidos para que de verdad se dé un pacto educativo que nos lleve a una nueva ley educativa.
¿Cuáles son las prioridades que, para Kristau Eskola, debería integrar el pacto?
-Que todos desarrollamos un servicio público.
¿Qué es servicio público para usted?
-Que todos los centros ofrecemos un servicio a la sociedad por encima de la titularidad de los mismos. Ahí deberíamos encontrar un marco en el que tanto la pública como la concertada nos sintamos arropados de tal manera que se le dé la importancia que la sociedad le está dando. El otro día la consejera decía que la concertada representaba el 49% del sistema, estamos fifty-fifty. La sociedad vasca nos está diciendo año tras año su apuesta por un sistema dividido mitad y mitad entre concertada y pública. Hagamos posible la ley contemple esa realidad que desde la sociedad se emana. Queremos que sea una educación equitativa, justa, de calidad, que sea gratuita, hagamos que financieramente sea posible todo eso que estamos diciendo.
Permítame hacer de abogada del diablo. Las ikastolas y ustedes piden que se les reconozca como servicio público. Pero en realidad ustedes son organizaciones privadas con una gerencia propia que toma decisiones de forma autónoma, tienen una política de contratación de personal y de inversiones particular, incluso, un planteamiento filosófico-identitario singular. ¿Están dispuestos a renunciar a todo esto?
-Simplemente hay que cumplir la ley. Existe una normativa educativa y administrativa, ¿no? El Gobierno Vasco pone una serie de condiciones para la concertación. Nuestra obligación es esa, cumplirlas y desarrollarlas. Yo creo que el carácter que le ha dado a esa pregunta es el carácter de lo privado, pero nosotros estamos desarrollando una gestión educativa-administrativa de tal manera que cumplo con el ordenamiento existente. En el momento que yo cumplo eso no se me puede negar ese servicio público, el hecho de que la titularidad sea privada no significa que el servicio que ofrezco no sea público. El problema solamente está en quién ostenta la titularidad, nada más, porque yo tengo las mismas obligaciones que la pública a la hora de desarrollar mi actividad educativa.
Pero su profesorado no ha superado una oposición pública.
-Es cierto que contratamos a nuestro personal, pero también tengo que cumplir una normativa y pasarlo por el consejo escolar, haciéndolo público etc, algo que entraría en lo que es la autonomía del centro. Es cierto que quizá la pública no la tiene, pero creo que todo aquello que recibimos lo ponemos encima de la mesa al Gobierno. También cumplimos en la admisión de los alumnos, si hay alguien que no cumple que se le denuncie.
Ligan el reconocimiento del servicio público a una mayor financiación. ¿Cuánto?
-Algunas partes están mintiendo cuando dicen que la concertación cubre el 100% del puesto escolar, están mintiendo y lo saben. Lo saben todos, lo saben los políticos y lo saben los agentes educativos del sector público. Eso es mentira porque hasta el propio Consejo escolar de Euskadi en sus dos últimos informes de situación de la enseñanza lo dice claramente, la pública recibe más de 5.000 euros y la concertada 3.000, por alumno. Está escrito, no es una invención de las ikastolas y de Kristau Eskola. Entonces busquemos que el coste del puesto escolar sea similar, acompañadolocon unos indicadores de eficiencia y eficacia y quizás igual no debería ser tanto. Hagamos un análisis y proveasé de eso. Mi palabra contra la suya, pero es que está por escrito por el Consejo Escolar de Euskadi en sus dos últimos informes.
En 2008 tanto las ikastolas como ustedes se basaron en esos datos para pedir un incremento del 25% de la financiación de los conciertos, ¿le cuadra esta cifra?
-Sí, pero fíjese que no pedimos la equiparación. Nunca hemos pedido que se nos provea del mismo dinero que a la pública. En 2008 se hablaba del entorno de un 25% de sobrefinanciación y creíamos y creemos que sería suficiente para poder desarrollar todos los objetivos para ser equitativos, garantizar la igualdad de oportunidades...
Se calcula que las familias asumen el 26% del costo de la educación de sus hijos, ¿si el Gobierno Vasco diese ese 25% más a la concertada ustedes estarían dispuestos a renunciar a las cuotas?
-Claro.
¿Y eso cómo se fiscaliza? Me explico. En su última entrevista, y hoy lo acaba de reiterar, dijo que la concertada recurre a las cuotas porque “la gratuidad de la enseñanza obligatoria no es real”. Y unos días después la consejera de Educación negó la mayor en sede parlamentaria, supongo que porque reconocerlo sería como reconocer el incumplimiento del derecho a la educación obligatoria universal gratuita y que las administraciones miran hacia otro lado con las cuotas porque en realidad les sale más barato. ¿Entonces cómo se fiscaliza una realidad que para la propia Administración no existe?
-Nosotros decimos que se haga una auditoría externa, auditoría para todos y digo todos los centros. Todos los años auditoría para los centros públicos y centros concertados. Una auditoría con juez censal con firma ROAC y presentar. Hoy en día hay centros que están haciendo auditorías externas porque luego deben dar cuenta a los padres, al patronato de la fundación si pertenece a una, a los cooperativistas si es cooperativista. Una auditoría externa obligatoria. Y además pongamos indicadores de la eficacia y la eficiencia de lo que se gasta para no pedir más y venga, sin más. No, no, vamos a ver.
Otro aspecto clave es la cohesión social como valor público. Y ya que nombra al Consejo Escolar de Euskadi ahí están sus datos sobre la segregación que se da por la diferencia en la distribución de alumnado extranjero entre pública y concertada. Todas las miradas les apuntan porque es un reparto antinatura en un sistema con mitad pública y mitad concertada. ¿Escuelas de primera y de segunda?
-No me gusta la clasificación de escuelas de primera y de segunda pero si vamos con esa terminología, hasta en la pública hay escuelas de primera y de segunda. Hay centros públicos que no tienen ningún inmigrante o el 20% como nosotros y otros el 80%. Eso es así. Cuando se hace un análisis muy general el 80% de los inmigrantes están en la pública y el 20% en la concertada y dentro de ese 20% el 90% lo tiene Kristau Eskola. Creo que una línea histórica ha hecho que haya centros públicos con muchos inmigrantes, incluyendo también la eskaldunización. Y otro de los factores puede deberse a la falta de igualdad de oportunidades y de equidad que hay en el sistema debido a que no hay un mismo presupuesto para el puesto escolar. Ciertamente eso ha podido ayudar, pero nosotros no hemos cerrado la puerta a nadie. Si alguien lo hace que lo denuncie. Es más, centros nuestros con un 70%-80% de inmigración están poniendo de su bolsillo el dinero que no están recibiendo de las instituciones.
¿Cómo se reconduce esta situación anormal?
-Hay una normativa de admisión en la que se provee un 20% de la concertación para atender a la gente más desfavorecida, pero eso no se ha cumplido a lo largo de la historia con la anuencia las delegaciones territoriales de educación. No se ha cumplido ni en los centros que no tienen un solo inmigrante, ni en los que acogen a muchos inmigrantes. Otra forma es mejorar la distribución de esa matrícula de estos colectivos.
Aquí la clave es el papel de la Administración.
-Sí, para mí sí. Pero yo siempre he dicho, al mismo servicio provean de los mismos medios. Que el Gobierno provea de becas continuamente y que el proceso de concesión esté abierto todo el año para aquellos estudiantes que se insertan a mitad de curso en el sistema. Lo que no se puede hacer es un plan generalista para todas las situaciones, porque me puede venir un grupo de ocho sudamericanos que saben castellano o diez de Europa del Este y no se proveen de medios complementarios, se deja a los centros al albur de su iniciativa y costes. Tiene que ser un plan multifocal, multilineal y no generalista que responda a casos específicos.
Más cuando Euskadi no tiene un volumen de inmigración desbordante...
-Así es. Pero hay que darse cuenta de que Euskadi va a ser cada vez más multicultural, multilingüística... ¿Estamos poniendo realmente los recursos necesarios para que desarrollemos los objetivos lingüísticos en euskera, castellano e inglés?. Para mí esta es una gran asignatura pendiente.
La hoja de ruta planteada por la consejera para alcanzar el pacto no contempla un grupo de trabajo que de forma explícita trate la cuestión del servicio público y la financiación. ¿Ustedes darían su visto bueno a un pacto que no aborde ambas cuestiones?
-Yo creo que es básico para poder consensuar que a mismo servicio, mismos medios. ¿En qué voy a sustentarlo? ¿Qué pasa, que la pública desarrolla un servicio público diferente a la concertada? No.
¿Por qué cree que no lo ha incluido?
-Porque es un elemento de crispación muy grande. Me imagino que la consejera Uriarte quiere incidir en aquellos puntos en los que nuestras miradas se pueden unir y evitar las líneas rojas.
Por ahora ningún agente habéis hablado de líneas rojas, pero todos consideráis que hay aspectos básicos sin los cuales no veríais el pacto. Usted lo acaba de hacer.
-Solo puedo decir que trabajaremos proactivamente para poder llegar ante una situación de acuerdo incluso en los temas que nos separan. Yo estoy seguro de que hay margen de acuerdo incluso en los temas que parece que no nos pueden unir. A lo largo del proceso de Heziberri, ¿cuándo saltó la chispa y el recelo? Cuando se empezó a hablar de su última fase, la aprobación de Ley Vasca de Educación. Entonces los agentes de la pública saltaron con que la pública es el eje vertebrador del sistema educativo y erre que erre. Yo creo que hay otros elementos que nos pueden unir.