Bilbao - Después de casi 900 días de heroica búsqueda, los padres de Hodei Egiluz sufrieron ayer un nuevo revés en su empeño por esclarecer lo ocurrido a su hijo aquel fatídico 19 de octubre de 2013 en la ciudad belga de Amberes. Casi cuatro años después de su desaparición, los tribunales juzgaban solo a uno de los tres detenidos (los otros dos se encuentran huidos de la Justicia) por haber robado en dos ocasiones al joven vasco momentos antes de que se perdiera para siempre su rastro. Ni una sola mención durante la vista a la muerte de Hodei; nada que pudiera incomodar el testimonio de Youssef Mabtoul (en prisión por la comisión de otro delito) para el que se piden 4 años de cárcel.
De hecho, la Fiscalía no consideró probado, por falta de evidencias, que exista una relación de causalidad entre los dos robos -uno de ellos con fuerza- y la desaparición de Hodei esa misma noche. Sin embargo, tal y como recordaba ayer su padre, Pablo, hubo una ocasión en que una persona del entorno Youssef telefoneó asegurando que el ahora detenido “le había dicho que si le encuentran le encontrarán muerto. Luego se desdijo. No sabemos si los tres tuvieron algo que ver, pero creemos que Youssef tuvo que ver con la caída al agua de Hodei”, zanjaba decepcionado a la salida del tribunal.
La sentencia se espera que salga el 20 de octubre, aunque el contenido de la misma será testimonial para la familia y allegados del joven galdakoztarra cuyo cuerpo apareció flotando en aguas del río Escalda en febrero del año pasado. Y es que, tal y como insistían Pablo y Koro, su madre, “este no es el juicio que nosotros deseábamos porque no ha salido la muerte de Hodei. Cuando nuestro hijo ha aparecido muerto se celebra un juicio por un robo; parece una parodia. Tenemos rabia y frustración. No creemos que este final sea el que debía ser”, apostillaban ayer desde Amberes.
Ambos confían en la labor de investigación que han hecho tanto la Policía como la jueza para tratar de despejar cualquier duda y sospecha, pero insisten en que las piezas del puzle no encajan. Cierto es que una de las cámaras de seguridad de la zona estaba rota y no pudo grabar lo que realmente ocurrió, pero como subrayaba ayer el padre del joven galdakoztarra de 23 años, “tenemos claro que el robo está relacionado con su muerte”. Las últimas personas que declararon haber visto a Hodei antes de su desaparición aseguraron que se encontraba atemorizado y miraba hacia atrás.
“Hay dos polígrafos en los que técnicamente hay posibilidades de que mientan -reconocía Pablo Egiluz-. Pero qué casualidad que solo sale que mienten cuando se les pregunta directamente si tienen algo que ver con la caída de Hodei al agua. En el segundo polígrafo le hacen tres preguntas [a Youssef, magrebí de 22 años] y en las tres sale que miente cuando lo relacionan con el agua. Yo estoy convencido -enfatizaba- que tomó parte o estaba allí en el momento en que cayó al agua”, relataba el padre.
El propio Youssef (los otros dos fueron puestos en libertad en 2014 tras pagar la fianza y desde entonces están fugados) expresaba ayer en su lengua materna -circunstancia que obligó a demorar durante tres horas la vista hasta la llegada de un intérprete- su pésame a la madre de Hodei después de que ésta solicitara la venia del tribunal para acercarse hasta el detenido y mirarle a los ojos. “Lo único que quería era verle y que él me viera. Muy triste, nos ha dicho que no tiene futuro; sin embargo es Hodei el que no tiene futuro”, acentuaba Koro, quien todavía mantiene viva la esperanza de que “alguno de ellos [Youssef o sus amigos fugados] pueda hablar” y la muerte de su hijo no quede impune.
“No son unos pobrecillos” En otro tono se significaba el padre de Hodei para referirse a los tres jóvenes detenidos (el 29 de octubre de 2013 la Policía arrestaba a dos sospechosos relacionados con el robo y el 4 de noviembre se detenía al tercero) después de que Youssef Mabtoul dijera en el juicio que llegó a Bélgica con 15 años y que al estar en situación irregular y no tener sustento se veía obligado a delinquir. “No son unos pobrecillos que no tienen para comer. Podían haber decidido no robar. Yo he viajado por Bélgica y aquí hay cientos de comedores, no hay que robar para comer”, ilustraba Pablo Egiluz.
“He oído hoy decir que estos jóvenes están en la calle, son pobrecillos, y lo que yo creo es que son crónicamente antisociales. Se les permite salir para que se reinserten y su reinserción es volver a atracar, con violencia. Esa es la decisión de ellos. Nos ha querido dar pena pero no es así, y los otros están fugados. Yo creo que el Gobierno belga es responsable subsidiario de la muerte de Hodei. No van a conseguir que se reinserten, no se les vigila, no han hecho nada... Cuatro años de pena, que es la que se pide, me parece muy poco. Han tenido la oportunidad de reinsertarse y vuelven una vez y otra vez a robar con violencia”, zanjaba triste y decepcionado Pablo Egiluz.
El Tribunal escuchó ayer a las partes en un juicio sobre los cargos que se imputan a los tres jóvenes que en la noche del 19 de octubre de 2013 robaron la cartera y el móvil a Hodei Egiluz. En el juicio solo se personó uno de los acusados -que ya está en prisión por otro delito- porque los otros dos están fugados.
El juicio sufrió un retraso de tres horas por la falta de servicio de interprete al árabe para el acusado, que lleva residiendo en Bélgica desde hace siete años. Esta demora causó gran frustración entre los padres y la veintena de amigos que los acompañaban.
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“Cuatro años de prisión, que es la condena que se pide, me parece muy poco. Han tenido la oportunidad de reinsertarse y vuelven una vez y otra vez a robar con violencia”, lamentaba Pablo Egiluz.