Bilbao - La diputada foral de Empleo, Inserción Social e Igualdad, Teresa Laespada, sostuvo ayer que “un maltratador no puede ser buen padre” y pidió articular mecanismos para evitar que esos hombres puedan decidir sobre las intervenciones para proteger a sus hijos menores de edad. En el congreso Justicia con ojos de mujer, Laespada lamentó que las mujeres que han sufrido malos tratos llegan a los servicios sociales en situación de extrema vulnerabilidad y, tras denunciar a su posible agresor, “están heridas en lo más profundo de su ser y con hijos a los que deben atender”.

Según explicó, “en demasiadas ocasiones” los funcionarios forales se encuentran el problema de que el padre maltratador pueda compartir la patria potestad del menor y de que se niegue a dar su permiso para que el niño reciba la atención terapéutica que necesita. Por eso, la diputada foral pidió “revertir viejos conceptos que confunden el bienestar del menor y el necesario contacto con su padre, con el derecho paterno a la patria potestad” sobre el niño. En este sentido, se mostró partidaria de articular mecanismos “que superen la perversa encrucijada de los niños” que tienen a su disposición un servicio gratuito que les puede ayudar a superar el ambiente de violencia que han sufrido en su entorno más íntimo, pero del que no pueden hacer uso porque el autor de esa situación de violencia se lo impide, haciendo uso de su patria potestad.

“También ocurre que hay mujeres que rechazan dar el permiso para iniciar procesos terapéuticos para restañar sus heridas en sus hijas e hijos para no tener que pedir permiso al padre, para que no se entere, porque rechazan absolutamente esa figura. Tenemos casos que con mucho dolor tiemblan ante la posibilidad de tener que pedir permiso al padre. Y quienes salen perjudicados, sin ninguna duda, son los menores”, ilustró. - Efe/E.P.