Bilbao - Se dice que la mujer de costa es una mujer aguerrida. Esta impresión quizá se deba a que las mujeres supieron sacar adelante a sus familias mientras sus hombres pasaban días y largas temporadas en alta mar. También se asocia su imagen a la de la mujer con salero que vendía a voz en grito el pescado que llegaba a puerto, una estampa que ha quedado grabada en el acerbo popular gracias a canciones como Desde Santurce a Bilbao. Pero la mujer de costa no solo ha sido esa pescadera con la falda remangada hasta la rodilla, ni la abnegada esposa y madre. La mujer ha participado directamente en la actividad que sustentaba la economía de las localidades costeras, la mar.

Pero a diferencia de los valientes arrantzales, su trabajo ha sido invisible. Tanto es así que hasta fechas recientes su labor no ha gozado de reconocimiento laboral alguno y, ni siquiera hoy, estas trabajadoras tienen reconocidos todos sus derechos. Estamos hablando de las rederas, mariscadoras de a pie, empacadoras y neskatillas encargadas de la descarga y el aprovisionamiento de los barcos, unos oficios que tienen un futuro incierto en Euskadi o Galicia. Un estudio realizado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) asegura que a pesar de los cambios producidos, estas trabajadoras de la pesca “no tienen relevo generacional” ya que desempeñan unos trabajos “muy precarios”. Y es que aunque sus condiciones laborales hayan mejorado frente a sus antecesoras “se trata de trabajos muy duros físicamente”, afirma la investigadora Patricia Martínez en su tesis doctoral Empoderamiento femenino en contextos de gobernanza. Las experiencias de las trabajadoras de la pesca en Galicia y Euskadi, un estudio que relaciona el empoderamiento de las trabajadoras de la mar con la regularización de sus oficios.

Según Martínez es probable que en la actualidad se esté asistiendo al fin de unos oficios ancestrales ya que el sector de la pesca no atraviesa por su mejor momento. “La Comunidad Europea está llevando a cabo una política de pesca que favorece a las multinacionales y ahoga a la pesca artesanal, y esta situación afecta también a las mujeres”, explica la investigadora de la UPV/EHU, quien señala que su investigación es “una forma de completar el cuadro que siempre cuenta la historia de los hombres y en el que las mujeres nunca estamos”. El estudio realizado por el Departamento de Ciencias Políticas de la universidad vasca también concluye que la creación de asociaciones laborales y la participación activa de las trabajadoras de la pesca en la regularización de sus oficios ha supuesto “un punto de inflexión” para acabar con su “invisibilidad”. Según la autora de la tesis, el empoderamiento femenino de mujeres de la mar ha supuesto e introducido cambios que van “más allá de lo meramente laboral” y les ha permitido lograr la certificación de profesionalidad de sus oficios.

De igual modo, esa progresiva toma de decisiones ha llevado a estas mujeres, que tenían tradicionalmente un papel secundario, “a hablar en público en congresos, establecer relaciones con otras trabajadoras y a lograr un importante empoderamiento a nivel individual, puesto que han adquirido habilidades sociales, han ganado confianza en sí mismas y han perdido miedos”, sostiene Martínez, que ha llevado a cabo su trabajo de campo en pueblos costeros de Euskadi y Galicia. La investigadora concluye que ese reciente empoderamiento ha contribuido a “acabar con la invisibilidad de estas mujeres, situación que procede de la división del trabajo en función del género y que margina los roles y valores asociados a lo femenino, en este caso, la permanencia en tierra, frente a lo productivo y valorado, que es el mar”, afirma Martínez.

El estudio, que ha analizado los cambios experimentados en estas profesiones femeninas, parte de la constatación de que “las contribuciones de las trabajadoras de la pesca han sido inagotables, tanto a nivel productivo como de sostenimiento de sus comunidades”, sostiene Martínez. Pese a ello, dice, “han sido muy pocas veces reconocidas las trabajadoras de la pesca gallegas y vascas”. Sin embargo, a partir de su participación en los mecanismos de regularización de sus oficios, su influencia ha crecido al igual que su participación activa. También, los procesos llevados a cabo les han concedido a estas mujeres capacidad de negociación. “Antes daban por hecho que tenían que hacer lo que dijeran los armadores; ahora plantean sus condiciones, por ejemplo respecto a trabajar durante el fin de semana”, sostiene Martínez.

La tesis doctoral ha sido dirigida por Rafael Ajangiz Sánchez, profesor titular del Departamento de Ciencias Políticas de la UPV/EHU, y codirigida por Xosé Mahou Lago, profesor contratado doctor de la Universidad de Vigo. El trabajo de campo se ha realizado en pueblos costeros de Euskadi y Galicia, como Lekeitio, Ondarroa o Bermeo