Valencia - El cirujano valenciano Pedro Cavadas considera que la Medicina “es mucho más seria que tu vanidad y tus ganas de que hablen de ti”, aunque reconoce que los que practican esta especialidad médica tienen una fama “bien merecida y ganada” de ser “vanidosos”.

“La Medicina no tiene nada que ver con ser el primero en algo, sino con solucionar el problema de un paciente”, afirma el responsable del primer trasplante completo de cara en España o del primer trasplante en el mundo de ambas manos a la altura de los antebrazos a una mujer.

A juicio de Cavadas (Valencia, 1965), es “completamente imposible” atender bien a un paciente que te pide que “gestiones sus últimos meses de vida” si no “empatizas con él, si no te pones en su piel, porque si no puedes llevar a ese paciente, no le puedes ofrecer nada”.

Aunque quería ser veterinario de animales salvajes y exóticos, finalmente optó por la Medicina y se especializó en Cirugía Plástica, pero al no gustarle la cirugía estética ni el tipo de paciente que conlleva acabó siendo cirujano reconstructivo, a su juicio “la especialidad más complicada, agradecida y gratificante con diferencia”.

Alrededor de 1.500 personas pasan anualmente por sus manos, que no tiene aseguradas porque, afirma, no se cree “tan importante”, y señala que sus jornadas laborales son “largas, infernales”, lo que no le permite ver todos los días a sus dos hijas, Ruo y Xiao, de 16 y 12 años. Aunque confiesa que no planeó ser el “último escalón” o la “última esperanza” de muchos pacientes, señala que a base de aceptar “casos complejos y no decir que no a nada” sus consultas son una “especie de peregrinación donde viene la gente que no sabe dónde ir. Es muy difícil que un paciente venga aquí como primera opción”.

“Va de pacientes” Cavadas, que tiene una clínica privada y dirige el Servicio de Cirugía Reconstructiva del Hospital de Manises, explica que hay pacientes con los que dedica “mil veces” más tiempo a hablar con ellos que a intervenirles quirúrgicamente. El cirujano valenciano considera que para ser “un buen cirujano tienes que ser un buen médico, hablar mucho con el paciente y ocuparte mucho de él. Al final, aprender cómo mantenerle ilusionado hasta el día antes de su muerte”.

A su juicio, la Medicina “no va de médicos, va de pacientes” y sostiene que la “vanidad quirúrgica” es una “enfermedad propia de la infancia” y “se miente mucho”, ya que en algunos congresos se siguen presentado casos de trasplantes de cara en los que el paciente ya ha muerto como si siguieran vivos.

“Estruja tus indicaciones quirúrgicas para que se adapte al problema de ese paciente y no lo estrujes a él para que se adapte a lo que tú quieres hacer, porque entonces estás poniendo por delante del beneficio del paciente tus ganas de hacer algo o tu vanidad, y eso es diametralmente opuesto a la esencia de la medicina”, afirma.

Cavadas señala que cada vez se hacen menos trasplantes de partes visibles con tanta relevancia mediática como los que se hicieron hace unos años, y explica que desde el punto de vista quirúrgico un trasplante de manos o cara “no es demasiado difícil”, lo que es “dificilísimo” es el manejo médico después de la intervención. - Efe