Bilbao - El Gobierno Vasco prepara una nueva Estrategia Vasca del Voluntariado hasta el año 2020, según anunció ayer en Bilbao el viceconsejero de Empleo y Juventud, Marcos Muro. Lo hizo en el marco de unas jornadas sobre el voluntariado corporativo organizadas por la Agencia Vasca de Innovación (Innobasque) en colaboración con Iberdrola. Una de las ideas que centrarán la nueva Estrategia Vasca de Voluntariado 2017-2020 será la de definir correctamente la figura de la persona voluntaria ya que el voluntariado “va más allá” de quienes trabajan en el Tercer Sector, un colectivo que agrupa en Euskadi a 125.000 personas.
La Comisión Permanente del Consejo Vasco del Voluntariado, que aglutina a representantes de distintos departamentos del Gobierno Vasco, diputaciones, Eudel y las agencias vascas de voluntariado, se reúne una vez al mes para definir el contenido de la nueva estrategia. El objetivo es, según fuentes del Gabinete que dirige Beatriz Artolazabal, que el proyecto vea la luz “en otoño” o “a finales de este año” y abarque el resto de legislatura, hasta 2020. Según las mismas fuentes, una de las tareas prioritarias que está abordando la Comisión es la correcta definición del perfil de la persona voluntaria ya que en la actualidad no se contempla como tal la labor que desempeñan miles de personas en organizaciones como Protección Civil, asociaciones de ocio tiempo libre o deportivas al margen del Tercer Sector.
Y, a día de hoy, tampoco se recoge a un colectivo, ciertamente no muy numeroso, que es el voluntariado corporativo de las empresas dentro de los distintos programas de responsabilidad social que proponen. En este sentido, el viceconsejero de Empleo y Juventud destacó ayer en las jornadas organizadas por Innobasque que el sector empresarial “puede aprovechar su estructura para la generación de beneficios sociales y medioambientales de la mano del voluntariado corporativo, logrando una mayor implicación e incluso orgullo entre sus trabajadores”.
Precisamente el diálogo con la empresa es uno de los “retos” identificados Consejo Vasco del Voluntariado en su último diagnóstico de situación del voluntariado en Euskadi. En este sentido, la Comisión argumenta que sectores -el social y el empresarial- que tradicionalmente han caminado por sendas paralelas, cuando no enfrentadas, existen “recelos mutuos” y muy poca tradición de colaboración. No obstante, añade que ello no es óbice “para que no se puedan explorar las posibilidades de interacción, especialmente teniendo en cuenta que de hecho ya existen empresas de lo social, el Tercer Sector, muchas de ellas provenientes de antiguas organizaciones de voluntariado”.
En el encuentro de Innobasque participó, asimismo, la coordinadora de la red de voluntariado corporativo Voluntare, Benedetta Falletti, quien definió este voluntariado como el conjunto de actividades promovidas por una empresa para involucrar a los trabajadores en proyectos de ONGs, dedicando su tiempo, capacidades o talento. Según Falletti, en las empresas con mayor porcentaje de empleados voluntarios “la rentabilidad se incrementa una media del 16%”. Junto a Falletti, participaron en la jornada Begoña Barberá, responsable de Proyectos Sociales de Iberdrola; Juanje Anduaga, coordinador del Equipo de Compromiso con la Sociedad de Ner Group; Borja Vega, coordinador de Alianzas Estratégicas y RSC de la Fundación Ayuda en Acción; Nieves Gámiz, directora de Desarrollo de Nuevos Proyectos de CEBEK; Ainhoa Sagarzazu, coordinadora de Comunicación Interna de Pernod Ricard Bodegas; Nacho Arnaiz, director de Bolunta, Agencia para el Voluntariado y la Participación Social y Gotzon Bernaola y Leire Bilbao, director de Innovación Social y directora general de Innobasque, respectivamente.
Así, desde Iberdrola, Barberá subrayó la responsabilidad que tienen las empresas con los retos globales de la humanidad recogidos en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por las Naciones Unidas. Para poder cumplirlos, dijo, “es necesario contar con los recursos, capacidades y talento de las entidades empresariales, puesto que el impulso de los gobiernos no es suficiente”. Desde su punto de vista, este tipo de voluntariado “debe ir alineado con la estrategia de la empresa”, ya que forma parte de la Responsabilidad Social Corporativa (RCS) de las organizaciones, por lo que el mensaje transmitido y las acciones realizadas deben ser coherentes, remarcó Anduaga de Ner Group, quien distinguió entre RSC y el compromiso con la sociedad de una organización como la suya.
En esta línea también se expresó Gámiz de Cebek -Confederación Empresarial de Bizkaia- que impulsa la RSC en las empresas por considerarla un factor de competitividad. Según explicó Gámiz, en Euskadi se ha puesto en marcha la iniciativa CV Plus que proporciona actividades y formación para que directivos de empresas y centros educativos puedan implementar este tipo programas “efectivos y de calidad involucrando al alumnado, sus familias y toda la comunidad, con el objetivo de conectar la escuela con la empresa”. Esta es otra manera, poco conocida, de voluntariado.