DONOSTIA. Augusto Maeso, presidente del tribunal que desde el 5 de junio ha seguido las quince sesiones del juicio por estos hechos celebradas en la Audiencia de Gipuzkoa, ha entregado a primera hora de esta tarde el objeto del veredicto al jurado, en presencia del acusado y el fiscal, así como de la defensa y la acusación particular.

El procesado, padre del menor, se enfrenta a una petición de 18 años de cárcel por parte del fiscal y de 20 por parte de su exesposa y madre del niño (que ejerce la acusación particular en este caso), quienes lo consideran responsable de un delito de asesinato.

La defensa pide su libre absolución al entender que no intervino en la muerte de Julen que, según su versión, pudo ser accidental o un acto voluntario del propio niño, que tenía 13 años cuando murió.

El objeto del veredicto, compuesto por una quincena de preguntas, está estructurado en tres partes, la primera de ellas compuesta por once cuestiones y centrada en los hechos que los miembros del jurado deben considerar probados.

El segundo apartado, integrado por tres cuestiones, constituye el tema "nuclear" del juicio, ya que sus respuestas permitirán determinar si el veredicto se decanta por la culpabilidad o si, por el contrario, resulta absolutorio.

El tercero, que cuenta con única interrogante, interpela al jurado respecto a si se muestra favorable o no a la concesión de un indulto total o parcial, en caso de que el acusado sea declarado culpable.

Según ha desvelado el magistrado presidente durante el acto de entrega del cuestionario, las dos primeras preguntas del documento no son discutidas por ninguna de las partes, por lo que a buen seguro no causarán grandes problemas a los jurados.

Ambas cuestiones recuerdan que el acusado y la madre de Julen estaban casados, tenían cuatro hijos, vivían de alquiler en el piso del barrio del Antiguo en el que falleció el niño, y que en noviembre de 2011 la mujer planteó el divorcio al procesado, quien intentó evitarlo, contexto en el que el hombre se autolesionó con un navaja por lo que tuvo que ser ingresado en un psiquiátrico.

Tras ser dado de alta, fue a vivir a casa de su madre e intentó contactar con su mujer directamente y a través de terceras personas entre las que se encontraba el propio Julen.

Las partes tampoco discuten que la muerte del niño tuvo lugar en un dormitorio del domicilio familiar al que el 1 de diciembre de 2011 acudió con su padre para recoger diversos enseres porque debían desalojar el piso, en el que ya no residía nadie, en el marco del divorcio del matrimonio.

El fallecimiento se produjo a consecuencia de una herida en el corazón causada por un cuchillo de 11 centímetros de filo, que ocasionó al niño un taponamiento cardiaco y un shock cardiogénico.

A partir de esta cuestión finalizan las coincidencias entre acusaciones y defensa y empezarán las dificultades para el jurado, que deberá pronunciarse sobre asuntos como si el divorcio causó una gran "desazón" al acusado, si el día de los hechos convenció a su hijo para que le acompañara al piso y si una vez en la casa lo mató, como "venganza" contra la madre por el divorcio, clavándole un cuchillo en el corazón con intención de acabar con su vida.

En caso de considerar probado este último punto, también deberán decidir si el ataque fue "repentino" e "inesperado" sin dar a Julen opción de defensa alguna, y si durante la agonía del niño permaneció junto a él sin solicitar auxilio a pesar de tener un móvil o poder hacerlo a través de una ventana de la habitación.

Los miembros del tribunal deberán pronunciarse igualmente sobre si, tras comprobar la muerte de su hijo, el hombre se hizo unos cortes en el cuerpo, así como un nudo corredizo en el cinturón de un albornoz que anudó a la ducha del baño y abandonó la casa para permanecer siete días desaparecido.

En el caso de que no crea acreditado que la muerte del niño fue un asesinato, el jurado deberá pronunciarse sobre si Julen se clavó el cuchillo él solo, bien de forma accidental o voluntariamente, sin intervención alguna de su padre. Y, para este caso, si el hombre sufrió un trastorno de despersonalización, tras la muerte del pequeño, que le impidió ver la posibilidad de pedir auxilio y le llevó a deambular durante varios días como un "autómata".

En función de las respuestas dadas por el jurado a todas estas preguntas, seguidamente tendrá que decir explícitamente si cree que el imputado es culpable de matar a su hijo intencionadamente y si lo hizo sin darle oportunidad a defenderse.

Igualmente, para el caso de que consideren que la muerte no fue un asesinato, tendrán que resolver si el padre no auxilió al menor, pudiendo hacerlo.

El presidente del tribunal ha recordado hoy a los nueve jurados que para considerar probado un supuesto desfavorable al acusado deberán contar con al menos siete votos positivos, mientras que para probar uno favorable será suficiente con cinco.

Tras recordar que en caso de dudas "razonables" debe prevalecer la presunción de inocencia del inculpado, el magistrado ha insistido en la necesidad de que el veredicto al que llegue el jurado esté debidamente motivado y sujeto a una "valoración racional" basada en las pruebas practicadas durante el juicio.

Una vez concluidas las advertencias del magistrado presidente, quien ha mostrado su disposición a resolver las dudas del jurado, en presencia de las partes, en cualquier momento, el jurado ha comenzado sus deliberaciones que podrían prolongarse durante horas e incluso varias jornadas.