vitoria - Aunque miremos para otro lado son la gran amenaza para la salud pública de los próximos años. Son las bacterias multirresistentes. La OMS ya ha advertido de que el fenómeno de resistencia a los antibióticos representa “un peligro inmenso” y que, si no se toman medidas, el planeta se dirige hacia una “era preantibiótica en la que las infecciones corrientes podrían empezar a matar”. El año pasado, el Gobierno británico lanzó otro mensaje apocalíptico y estimó que, en ausencia de medidas, podrían morir al año 10 millones de personas a causa de infecciones bacterianas de aquí a 2050, lo que significaría una cifra mayor que las muertes por cáncer.
El doctor José Luis del Pozo, Jefe del Área de Enfermedades Infecciosas de la Clínica Universitaria de Navarra, no se cansa de advertir del peligro. “Este informe de las autoridades británicas dice que en el año 2050 cada tres segundos fallecerá una persona en el mundo debido a una infección causada por una bacteria multirresistente. Señala claramente que en ese año la primera causa de muerte en los países desarrollados va a ser la infección por multirresistentes por encima del cáncer y por encima de las enfermedades cardiovasculares. Y estamos muy lejos de tener soluciones válidas para evitar un problema que va in crescendo”, proclama.
era ‘preantibiótica’ Es el negro panorama que hace unos meses reflejó este informe sobre los microorganismos resistentes a unos fármacos que antes funcionaban y que cada vez son menos eficaces, lo que dificulta el tratamiento de infecciones comunes y potencialmente mortales como la neumonía o la malaria. Una visión parecida a la que vienen ofreciendo distintas instituciones sanitarias que han empezado a ver las orejas al lobo.
“Cada vez es más frecuente encontrar bacterias resistentes a los antibióticos actuales, por lo que son más difíciles de tratar. Si esto sigue así es posible que en unos años volvamos a la era preantibiótica porque estos fármacos pueden dejar de ser eficaces. Como es fácil de imaginar la catástrofe a nivel global sería mayúscula”, explica el doctor Jesús Honorato, director del Aula de Innovación en Terapéutica Farmacológica y catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra.
Más cerca, también el doctor Ramón Cisterna, Jefe del Servicio de Microbiología del Hospital de Basurto, intenta concienciar sobre la necesidad de frenar el avance de la resistencia de las bacterias a los antibióticos. A su juicio, “creíamos que teniendo la potente herramienta de los antibióticos, los microorganismos ya no tendrían nada que hacer, y se ha visto que tienen una capacidad de adaptación y evolución que es absolutamente insuperable”.
El problema ha adquirido tal dimensión que hace pocos meses, la Asamblea General de la ONU acordó, por primera vez, luchar contra las superbacterias. Solo en tres ocasiones anteriores, este órgano de se había reunido para abordar una cuestión de salud, en concreto en el caso del VIH, las enfermedades no transmisibles y el ébola.
De hecho, en enero trascendía que una mujer murió en Estados Unidos infectada por una bacteria resistente a todos los antibióticos existentes. La víctima, de 70 años, residente en Nevada falleció a causa de una cepa mutante de la bacteria /Klebsiella pneumoniae/ (bacilo de Friedlander), aislada en una herida que se había hecho en agosto en la India.
Muertes. En Estados Unidos unas 23.000 personas fallecen al año por infecciones resistentes a los antibióticos y en la UE, la cifra se eleva a 25.000.
Pobreza. El Banco Mundial asegura que esas enfermedades podrían arrastrar a 28 millones de personas a la pobreza para 2050 y haría que diez millones de personas muriesen al año.
La gran frecuencia de los viajes internacionales y la mala calidad de los tratamientos en algunos países han facilitado la difusión de estos agentes patógenos.