GRANADA. El denunciante ha relatado ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Granada que juzga al padre Román, que se enfrenta a una petición fiscal de nueve años de cárcel, los distintos abusos y "violaciones" a las que supuestamente fue sometido por parte de este sacerdote en la casa parroquial del templo de San Juan María Vianney del barrio granadino del Zaidín y en el inmueble que el grupo de Los Romanones tenía en los Pinillos, donde participaron, según afirma, otros tres curas más. Aunque todos los miembros del grupo eran "conocedores de lo que allí sucedía".
Se ha referido a episodios de "masturbaciones", "penetraciones" e "intentos de felaciones" cuando contaba entre 14 y 17 años, un periodo en el que se ha definido como "vulnerado y pisoteado" y en el que mantenía una relación de "dependencia" respecto del padre Román, al que veía como "el todopoderoso", su guía y "único referente moral y espiritual".
Ha justificado así el que se mantuviera durante años en el grupo de Los Romanones pese a los supuestos abusos que sufría, afirmando que la "única moral que conoció" en aquel momento de su niñez fue "la del abuso sexual". "Él --por el Padre Román-- era capaz de hablar de amor fraternal en la Homilía y por la tarde estar violando a niños", ha clamado, afirmando que decidió acudir a la Justicia porque tras escribir al Papa y poner el asunto en conocimiento de la Diócesis de Granada no se sintió "ni apoyado, ni acompañado ni respetado" por el arzobispo de Granada, que también declarará como testigo en esta vista.