Vitoria - Cierto es que su presencia en la carretera, a los mandos de un vehículo, es inferior a la de los varones; aunque también lo es que el número de mujeres conductoras ha crecido un 65% en las dos últimas décadas. Los datos estadísticos de la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco confirman, en cualquier caso, que el grueso de las personas fallecidas en carretera cuando iban al volante eran varones. Así fue el año pasado en nueve de cada diez casos; y el anterior y el anterior,? En 2010, por ejemplo de las 34 personas conductoras que perdieron la vida en accidentes de tráfico, cuatro eran de sexo femenino; en 2011 fueron 2 de 39; en 2012 las tablas estadísticas señalan que fueron 6 de 38; al año siguiente 1 de 33; en 2014 también 1 pero de un total de 16 personas conductoras; y en 2015 fueron 2 de 27.
Algunos de los números y porcentajes del balance de siniestralidad vial correspondiente a 2016 fueron avanzados hace unos días por Sonia Díaz de Corcuera, responsable de Tráfico del Ejecutivo vasco. El dato principal, el descenso del 11,4% de víctimas mortales con respecto a 2015 al pasar de 53 a 46 personas fallecidas en las carreteras vascas. El año pasado, además, la Ertzaintza registró un total de 8.085 accidentes de tráfico de los que 2.483 se saldaron con víctimas de distinta consideración. “Siete de cada diez personas accidentadas son varones. En el caso de los accidentes con víctimas desciende ligeramente [5 puntos] el porcentaje de varones y aumenta el de mujeres”, resume el documento.
Es sin embargo en los accidentes mortales cuando la balanza vuelve a dar un vuelco y aumenta el porcentaje de varones hasta el 78% y desciende el de mujeres. Especialistas en movilidad y en integrar la perspectiva de género a disciplinas como la seguridad vial han tratado de buscar alguna explicación a este escenario y la conclusión principal es que la percepción del riesgo es mayor entre el colectivo femenino por lo que su conducción es más responsable. Así quedó patente durante unas jornadas técnicas organizadas hace ya un tiempo por la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco en las que voces acreditadas vinieron a coincidir en esa idea de la “mayor consciencia de la vulnerabilidad” y en la gestión más ordenada de las emociones y del “estrés en situaciones viales”, por ejemplo.
Y, además, que las mujeres conductoras hacen un uso distinto del vehículo en cuanto a la elección de los trayectos, la distancia, el momento -fuera de horas punta-, el motivo de los desplazamientos o los pasajeros a bordo? Todos estos comportamientos, por separado o en conjunto, vendrían a ofrecer una interpretación a esas distintas conductas que ellos y ellas adoptan al volante y que, en determinadas ocasiones derivan en accidentes o en atropellos.
El año pasado, por ejemplo, diez personas perdieron la vida a consecuencia de un arrollamiento; es decir, el 22% del total de fallecidos. Otro 67% eran personas conductoras (de turismos y otro tipo de vehículos, de moto y de bicicletas) y el 11% restante eran ocupantes. Un repaso a los datos de siniestralidad de 2016 pone de manifiesto el descenso del número de personas fallecidas (un 11,4%) y también el de personas heridas graves (un 6,3%).
Interurbanos En 2016, apostillaba el viceconsejero de Seguridad del Gobierno Vasco Josu Zubiaga, “hubo que lamentar la muerte de 46 personas en accidente de tráfico”, siete menos que en 2015. En cuanto a la tipología de los accidentes mortales, el 76% ocurrieron en zona interurbana y el 24% en urbana. El 38% de esos siniestros fatales quedaron englobados en el epígrafe Salidas de calzada; el 37% en el de Colisiones; y el resto (25%) en el de Atropellos.
Zubiaga destacó la tendencia descendente en cuanto a mortalidad en la carretera. En 2001 hubo 190 personas fallecidas en accidentes de tráfico; en 2003 se pasó a 207; en 2013 fueron 56; y en 2014 se registró la cifra más baja hasta la fecha: 29. “Euskadi está al nivel de los países más avanzados en materia de seguridad vial”, enfatizaba. En cualquier caso, y tras los sucesos de las últimas semanas -siete personas fallecidas por accidente de tráfico en diez días-, el viceconsejero indicó que “no podemos caer en la autocomplacencia. Tenemos que seguir mejorando”.