MADRID. Se trata de un ensayo en fase 1 que tiene como objetivo demostrar la seguridad y la dosis del fármaco (BO-112) y para ello se va a probar en un grupo de entre 24 y 36 pacientes "muy seleccionados", afectados por tumores sólidos palpables de mal pronóstico, principalmente melanomas con metástasis cutáneas.

La comercialización de este fármaco podría ser una realidad dentro de unos 3 o 4 años, ha asegurado en rueda de prensa el doctor Ignacio Melero, especialista en inmunología de la Clínica Universidad de Navarra.

En este ensayo se incorpora como novedad la administración mediante una inyección directamente dentro de las lesiones tumorales, con lo que se persigue un efecto de vacunación 'in situ'.

Según ha explicado el doctor Melero, "el mecanismo que perseguimos es convertir a la lesión tumoral que inyectamos en una vacuna que inmunice frente al resto de enfermedad presente en el paciente y para lograrlo lo que hacemos es actuar localmente pero intentado despertar los mecanismos inmunitarios que pueden destruir células tumorales".

"Lo más novedoso de este fármaco es la formulación y pensamos que puede tener una potencia superior aunque no lo tenemos fehacientemente comprobado", ha agregado.

Los resultados se van a presentar en junio en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) y aunque aún son preliminares, los datos "nos dicen que va a ser seguro", ha señalado el doctor Melero, quien ha precisado que "a partir de ahora su camino consiste en la combinación con otras inmunoterapias ya aprobadas para conseguir respuestas óptimas".

"Este fármaco tiene todo el aspecto de ser uno de los colores más interesantes en la paleta para hacer mezclas de tratamientos", ha subrayado.

Por su parte, el doctor Iván Márquez, oncólogo del Gregorio Marañon, ha precisado que una vez que se demuestre la seguridad "y pongamos de manifiesto los efectos biológicos que perseguimos, tiene mucho sentido utilizarlo en tumores en fases precoces y probablemente antes de proceder a la cirugía", algo que no ocurrirá antes de tres o cuatro años.

Así, si se demuestra su eficacia y seguridad en un futuro será posible tratar con este fármaco otros tumores cutáneos, cáncer de mama, etc.

Este medicamento es el primero desarrollado a partir de un trabajo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) que entra en la fase clínica, es decir, que se prueba en humanos.

El desarrollo ha sido posible gracias a la 'start-up' (empresa emergente) Biocontech, cuya directora, Marisol Quintero, ha asegurado que el camino hasta esta primera fase en humanos ha sido "complicado", pero se ha podido resolver "gracias a la apuesta de muchos inversores privados"

Por su parte, Miguel Martín, jefe de servicio de oncología Médica del Gregorio Marañón y presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), ha señalado que se trata un "día muy importante para nosotros y probablemente para los enfermos que se van a poder beneficiar de un medicamento nuevo que se ha diseñado y se va a desarrollar íntegramente en España".

El doctor Martín ha señalado que aunque la inmunoterapia no es la panacea, sí ha cambiado el pronóstico de muchos tumores en los últimos años.