DONOSTIA. Etxeberria ha hecho esta reflexión durante la presentación en Donostia de los ocho capítulos del programa de ETB "El lector de huesos", en el que, acompañado por el periodista Dani Álvarez, reconstruirá, desde una perspectiva forense, otros tantos crímenes, con un formato narrativo cercano al thriller y el propósito de "crear vocaciones" forenses entre los jóvenes.
El asesinato de los niños Ruth y José a manos de su padre, José Bretón, que el propio Etxeberria contribuyó a resolver de una manera decisiva, será uno de los asuntos tratados en "El lector de huesos", que en otro de sus capítulos abordará también le exhumación de fosas de la Guerra Civil como las de Otsaportillo o Gaztelu.
Un caso, éste último, que le ha producido una especial tristeza, según ha desvelado el forense, internacionalmente reconocido por participar en el grupo que investigó la causa de la muerte del poeta chileno Pablo Neruda, liderar el grupo que buscó los restos de Miguel de Cervantes y recuperar numerosos cuerpos de asesinados durante la Guerra Civil, entre otros muchos casos.
Etxeberria ha recordado que en Gaztelu se hizo "desaparecer en el contexto" de este conflicto a una madre embarazada, "indefensa", junto a seis de sus hijos, uno de ellos de un año, "aprovechando que la sublevación militar de 1936 ya estaba en marcha", si bien ha advertido de que, "en apariencia" este asunto no tenía "nada que ver" con la guerra.
El forense ha desvelado que la primera vez que escuchó la historia de la familia Sagardía-Goñi, arrojada a la sima de Lagerrea, le pareció "que podía ser perfectamente una leyenda" y que "no tuviera nada de cierto", sin embargo, "luego empezaron a aparecer unos papeles, algunos testimonios fueron coincidiendo", y "un día" les señalaron "un lugar" y se supo que "podrían estar en esta sima".
Fue entonces cuando, en el marco de un convenio firmado con el Gobierno de Navarra, un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi bajó a la citada sima con la intención de localizar a esta familia "que fue expulsada del pueblo", a la que "le quemaron la casa", y que desapareció, presumiblemente, en este pozo de 50 metros de profundidad.
Según relata Etxeberria, la sorpresa fue mayúscula, cuando los primeros restos humanos que localizaron fueron los del joven Iñaki Indart, dado por desaparecido seis años atrás, un hecho que "retrasó" la investigación pero que, por sí sólo, ya hizo que "valiera la pena el esfuerzo" de poner en marcha esta actuación.
Posteriormente, los expertos pudieron retomar sus pesquisas y volver al fondo de la sima, de una altura equiparable a un edificio de 16 pisos, y en cuyo fondo Etxeberria sintió una algo "muy emocionante" cuando comenzaron a aparecer "los primeros restos de los niños" y, junto al resto de su equipo, pensó: "va a ser verdad todo".
"Si sale uno van a salir todos, y salieron uno, dos, tres, cuatro, cinco...", ha recordado el investigador, hasta que, tras unos momentos de dudas, descubrieron el trozo del cráneo de una persona adulta y, posteriormente, el esqueleto de la madre.
"La historia es cierta, de tal forma que el rumor, la aparente leyenda, de la cual existen libros y se puede hacer un guión cinematográfico extraordinario, es cierta", ha recalcado Etxeberria, quien ha desvelado que próximamente pondrá todas estas conclusiones "por escrito".
"A través de los informes que vamos a elaborar, cuando acabemos con su complemento de fotografías, vídeos etc." podremos señalar que "de leyenda nada, es todo verdad, ha concluido el prestigioso forense.