Las conversaciones que los cinco acusados de violar a una chica madrileña en los pasados Sanfermines mantenían a través de WhatsApp, en poder del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona, reflejan de forma recurrente las principales obsesiones de los jóvenes sevillanos: sexo, culto al cuerpo, drogas, fútbol... Y no necesariamente en ese orden. Pero también hay mensajes que, analizados con perspectiva, incrementan las sospechas sobre la comisión de los hechos que se les imputan, como referencias expresas a robar, al uso de sedantes para mantener relaciones sexuales e, incluso, afirmaciones sobre “violar” a mujeres. “Estas vacaciones son la prueba de fuego un lobo”, le dijo días antes de viajar a Barcelona, Donostia y Pamplona el guardia civil Antonio Manuel G.E. a Ángel B.F., único procesado que no pertenecía al grupo de amigos que integraban el chat La Manada.
Aunque el abogado Agustín Martínez Becerra, que representa a dos de los acusados, defiende que “los whatsaps prueban machismo y zafiedad, pero no un delito”, la trascedencia de los comentarios que los cinco procesados realizaron en los meses previos a la madrugada del 7 de julio ha quedado patente en la investigación que dirige el magistrado Edilberto Esteban Iglesias, que los ha utilizado para reforzar las imputaciones, atisbando en ellos cierta premeditación en torno a lo ocurrido en el portal numero 5 de la calle Paulino Caballero durante los Sanfermines. La preferencia de los jóvenes por “follarse a una buena gorda (sic)” y la posibilidad de usar “burundanga”, una sustancia que ha sido detectada en ataques sexuales para dejar inconscientes a las víctimas, quedaron registradas en las charlas que la Policía Foral ha rescatado de sus móviles.
La importancia de estas conversaciones ha sido refrendada con el descubrimiento por parte del Cuerpo autonómico de unos abusos sexuales cometidos en mayo por cuatro de los cinco jóvenes en Córdoba. Uno de ellos, José Ángel P.M. El Prenda, grabó los tocamientos que realizaron a una chica inconsciente dentro de un coche y posteriormente difundió los vídeos a través de WhatsApp.
‘The manada’ y ‘veranito’ Los grupos The manada y Veranito eran los dos principales foros de encuentro de los cinco acusados en WhatsApp. En ellos el militar Alfonso Jesús C.E., el guardia civil Antonio Manuel G.E., José Ángel P.M., Jesús E.D. y Ángel B.F. compartían en tiempo real confidencias sobre sus vidas, incluidas las más íntimas, como las relaciones sexuales con mujeres; sus salidas nocturnas; su afición por el Sevilla CF; los preparativos del viaje que iban a realizar a Barcelona, Donostia y Pamplona...
En esos grupos, sin embargo, también intercambiaron bromas de muy mal gusto y mensajes totalmente fuera de lugar. Es el guardia civil Antonio Manuel G.E. quien firma alguna de las intervenciones más censurables al llegar a asegurar a mediados de junio que si hubiera ido a Francia, a la Eurocopa de fútbol, “violaría una rusa que vea despistada y palizón a un niño de 12 años inglés. 2-0 y pa casa”. O comenta, acerca de una visita “a un centro de personas enfermas mentales”, que “creo que prefiero estar en un sitio así ciego y con la manada a un puticlub. ¿Tú sabes el lote de reír que te puedes dar?”, preguntó de forma retórica a los miembros del chat The manada, en el que participaban cuatro acusados y otros tres amigos.
Precisamente fue en el otro grupo Veranito, formado exclusivamente por los procesados, donde el mismo guardia civil planteó el 22 de junio la posibilidad de integrar a Ángel B.F en el chat The manada. “Jaja, no que aún no he hecho méritos para ser un lobo”, le respondió el aludido. “Estas vacaciones son la prueba de fuego”, le desafió el agente a Antonio Manuel G.E.
Es en ese mismo chat Veranito donde al hablar sobre los planes para traer drogas a Pamplona, el 24 de junio Ángel B.F. pregunta al resto: “Llevamos burundanga?”, un interrogante que queda en el aire y que tiene la réplica inmediata del guardia civil: “Yo llevo la pistola, no quiero mamoneos cuando estemos borrachos se saca la pistola”. Tras varias risas y comentarios, José Ángel P.M. interviene. “Como me vea acorralado le meto un tiro en la rodilla al que sea. Jajaja”.
Aunque el uso de sedantes es un extremo descartado en el caso de los Sanfermines, no así en el de Córdoba, las que quedan más que claras son las expectativas que tenía el grupo en el viaje a Barcelona, San Sebastián y Pamplona. “Dos semanas de locura y desenfreno”, resumió Alfonso Jesús C.E. en WhatsApp días antes partir hacia la Ciudad Condal. Recién llegados a los Sanfermines el 6 de julio, los detenidos difundieron en Instagram una foto en la calle Zapatería. La imagen fue comentada inmediatamente por sus amigos: “Que tiemblen los souvenirs” y “No abuséis de las chavalitas”.
Solo dos horas antes de conocer a la víctima de la violación, el militar Alfonso Jesús C.E. confirmó a sus amigos del chat The manada que los planes de “locura y desenfreno” estaban cumpliéndose. “Las mejores vacaciones de mi vida. He estado en Cuba, Las Vegas, Los Ángeles, pero vaya despipote este viaje”, escribió a las 0.51 horas del 7 de julio, ante lo que se interesó un amigo que se quedó en Sevilla: “¿Robado y follado mucho?”. “Robado todos menos yo”, le respondió el militar (hay que recordar que los jóvenes también están acusados de robar el teléfono móvil a la víctima de la violación). “Ángel disfruta ahora que en la celda te acordarás de estos ratillos”, le aconsejó el mismo amigo de La Manada a otro de los acusados. Toda una premonición.