piojos. Esos insectos pequeños, feos, resistentes y, sobre todo, temidos por las madres. Picores, llantos, estrés, resistencia, vergüenza... Un ciclo que parece no acabar en algunos casos. La vuelta al colegio aumenta las posibilidades de que un niño acabe por contagiarse y nuevos hábitos sociales como los selfies también facilitan el paso del piojo de una cabeza a otra, cuando estas se juntan para sacar una instantánea.
Uno de estos animales, en su etapa adulta, puede poner entre cuatro y ocho liendres al día. Estos huevos tardan una semana en eclosionar, dando lugar a un pequeño piojo, llamado ninfa. En una semana, este ya se ha convertido en adulto por lo que el ciclo vuelve a comenzar y si no se ataja el problema, el crecimiento puede ser exponencial.
En la peluquería masculina Alberto, ubicada en Donostia, encuentran casos cada semana. No de piojos, sino de liendres. “No vale con echar una loción y matar los bichos, después hay que quitar las liendres de forma mecánica, porque si queda una el ciclo se repite”, explica Alberto Martínez, que lleva 30 años en la profesión y se ha encontrado con estos insectos “toda la vida”. Cuenta que en una ocasión, un joven tenía tal grado de infestación que se podían observar “cientos de piojos” recorriendo su cabeza. De hecho, en vez de lavar la capa que protege al cliente a la hora de cortar el pelo, prefirió deshacerse de ella.
Sin embargo, también defiende que es un problema rutinario que se soluciona con facilidad. Hoy en día hay más soluciones que nunca para atajar este problema que trae de cabeza a padres, madres e hijos. Remedios naturales, caseros, químicos o nuevos sistemas de aspiración forman parte del abanico de armas para deshacerse de los molestos piojos.
En las farmacias podemos encontrar productos o lociones que contienen permetrina, dimeticona o el más novedoso de los componentes, el octanediol. La farmacéutica Beatriz Boada detalla que la permetrina es el método “más fuerte” porque es un “insecticida”, que puede matar a los piojos, pero también daña el cuero cabelludo. El problema es que puede generar “resistencia” a este tipo de sustancias y que los bichos sobrevivan al tratamiento. La dimeticona es una silicona que lleva seis años en el mercado y “mata a los piojos por asfixia, creando una capa que los envuelve y los ahoga”, añade. Se trata de una opción no tóxica que se está utilizando “con mucha asiduidad ahora”.
Con secador
La última opción de la farmacia son los productos con octanediol, cuya formulación de base acuosa, libre de alcohol e insecticidas, mata a los piojos. La textura es espumosa, hay que dejar que se seque al aire de forma natural o utilizando el secador y dejarlo actuar durante ocho horas. Entonces, y como con cada unos de los distintos tratamientos, es indispensable pasar la liendrera repetidas veces para eliminar todos los animales y sus huevos.
Lidia Merino dirige un centro especializado en pediculosis, nombre por el que se llama a la infestación. Su centro, de la franquicia Kids and Nits (niños y liendres), se abrió hace cuatro años en el barrio donostiarra de Amara y fue pionero en Euskadi. El sistema que utiliza es natural y sin productos químicos. “Es un tratamiento de aspiración para eliminar el piojo. Después, de forma mecánica, vamos quitando las liendres con un dispositivo médico sanitario que aplica un calor suave y a velocidad controlada, que las deshidrata”, explica Merino. En una hora se realiza la sesión, que va seguida, a la semana siguiente, de unos minutos de revisión, todo ello por 79 euros.
Además, en el centro ofrecen unos bonos para un servicio de mantenimiento, con visitas periódicas para tener garantía de que la persona está tratada. Un punto a favor es que es apto para las pieles alérgicas, atópicas o dañadas por la sucesión de productos químicos.
En su jornada laboral, Merino se ha encontrado con personas desesperadas que se han puesto mayonesa, alcohol o ginebra en el pelo. Sin embargo, defiende que los remedios caseros, como el vinagre o el árbol de té, pueden servir para prevenir, pero nunca para tratar. “El árbol de té es lo más conocido hoy en día, pero no es infalible. Previene pero no es suficiente”, recalca. Lo mismo ocurre con el vinagre, que contiene acetona y “ablanda las liendres”. “Si no te pasas una buena liendrera después es como si no haces nada”, añade.
Tener presentes unos hábitos de prevención es básico para mantener libre la cabeza de los pequeños. “Eso significa pasar la liendrera al niño semanalmente y no esperar a recibir la circular del colegio, porque es responsabilidad de los padres”, sugiere Merino. Colegios como el de Amara Berri se apoyan sobre los consejos que aporta la Sección de Salud Escolar del Ayuntamiento de Donostia para luchar contra el piojo. Entre ellos, se aconseja que no se utilicen los productos contra estos insectos de forma preventiva, sino en el momento en el que aparezcan. También alertan de que los tratamientos pueden ser eficaces, pero los abusos pueden resultar “perjudiciales para la salud”. Además, recomiendan que si se encuentran piojos en un miembro de la familia, se revise al resto y se controle la higiene personal de cada uno.
Producto de farmacia. Las lociones y champús contienen permetrina (insecticida), dimeticona (silicona) o octanediol (silicona con base acuosa).
Mecánico. Hay centros especializados en los que se extraen los piojos y las liendres con dispositivos médico-sanitarios.
Remedios naturales. El vinagre rebajado con agua o unas gotas de árbol de té pueden actuar como prevención, pero no como tratamiento.
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El ciclo de vida del insecto es de unas tres semanas.Liendre. El piojo se origina de unos huevos llamados liendres, que eclosionan a la semana de ser depositados.
Ninfa. Cuando nace un piojo, durante su primera semana de vida se le conoce como ninfa.
Piojo. A partir del octavo día, el piojo es adulto y pone entre cuatro y ocho liendres diarias.
Picor y rojez. Los únicos síntomas que se dan en una persona contagiada son el picor constante y unas pequeñas rojeces en torno a la nuca. Esto no quiere decir que le ocurra a todo el mundo.
Saltan. No es cierto que los piojos tengan la capacidad de saltar. Se contagian pasando de una cabeza a otra a través del pelo. Gracias a las pequeñas garras en las que terminan las patas de los piojos, tienen una gran capacidad para adherirse al cabello.
Falta de higiene. La pediculosis se puede contagiar igual que un catarro, que no tiene que ver con la higiene, ni con el género, ni con la clase social, ni con la edad. De hecho, para los piojos es más fácil moverse por un cabello aseado.
Producto adecuado. No utilizar los productos contra piojos como preventivos, sino en el momento en que aparezcan.
Vigilar a la familia. Si descubre piojos o liendres en uno de sus hijos, mire a los restantes miembros de la familia. Controle la higiene personal de cada uno.
Cada semana. Pase la liendrera semanalmente para encontrar a tiempo el problema antes de que aumente el grado de infestación.