Bilbao - “He escuchado un ruido fuerte y cuando he salido estaba la niña tirada en el suelo con la cara ensangrentada. Solo tenía el pañal y ya estaba muerta”. De esta manera, consternada y deshecha describía ayer, la dependienta de una floristería del barrio Arteagabeitia en Barakaldo, el fallecimiento de la pequeña. Una niña que con solamente un año perdió la vida tras caer desde un tercer piso.

Los vecinos de la calle La Economía de Barakaldo no daban crédito a lo ocurrido. La consternación era patente. Todo ocurrió poco antes de las once de la mañana. La pequeña se encontraba a cargo de la pareja de su madre. El bebé, al parecer, gateó hasta llegar a la ventana de la habitación. Un hueco cuyo alféizar está más bajo que el resto de las ventanas de la casa. Una vez ahí, se introdujo entre las barrotes de madera y se precipitó a la vía pública. Su madre estaba trabajando y no se enteró de lo ocurrido hasta una hora y media después cuando le avisaron desde el Ayuntamiento. “Ha sido una fatalidad fortuita”, apuntaron fuentes policiales.

La Ertzaintza, la Policía Municipal y una ambulancia llegaron “muy rápido al lugar”, apostillaba un hombre que observó lo ocurrido. “Pasaba justo con el coche y he escuchado el golpe. Un ruido seco y mudo”, describió un testigo. “Cuando llegó la segunda ambulancia de refuerzo tenía esperanza de que pudiesen hacer algo. Sacaron la bombona de oxígeno e intentaron reanimarla”. Pero no fue posible. Solo se pudo certificar la muerte de la pequeña.

Alrededor de las 12.30 la comisión judicial ordenó el levantamiento del cadáver para trasladarlo al servicio de Patología Forense de Bilbao. El Ayuntamiento de Barakaldo transmitió nada más conocerse los hechos sus condolencias a los familiares y allegados de la pequeña y ha puesto a disposición de la familia cualquier recurso y ayuda municipal que pudieran necesitar, como la posibilidad de servicios de atención psicológica.