VITORIA - Lucía Lacarra se vestirá la piel de Mari, “la jefa suprema”, para llevar a su corte de lamias hasta las entrañas del National Museum of American Indian con su espectáculo Izena duenak izana du. Kepa Junkera hará gritar a sus amigas Sorgiñak, atraídas por las notas que emanan de su trikitixa. Las leyendas más ancestrales de Euskal Herria sobrevolarán el National Mall de Washington DC...

El Smithsonian dedicará este año su Folklife Festival, el mayor festival de culturas del mundo, a Euskadi. El euskera, los deportes rurales, la gastronomía, la música... la vida vasca se traslada entre el 29 de junio y el 10 de julio a la capital de Estados Unidos con la intención de abrir vías de comunicación y relaciones con la mayor potencia del mundo. Euskadi aprovechará el gran escaparate que suponen los 12.000 metros cuadrados al aire libre (la entrada es gratuita) habilitados entre el Capitolio y el Obelisco para colocarse en el mapa mundial. De hecho, se habla de que en ediciones anteriores han pasado por el Folklife Festival cerca de un millón de personas y que otros 40 millones de personas han recibido información de la cultura invitada a través de las visitas on line y de las redes sociales.

Lo cierto es que el Smithsonian se quedó prendado de la idiosincrasia vasca, pero principalmente de su idioma. Los orígenes del euskera, su prohibición y, sobre todo, el gran esfuerzo por su recuperación ha calado hondo en el sentimiento de los organizadores del festival norteamericano, quienes en su página web no escatiman en halagos. “Mientras que la cultura vasca es innovadora y abierta al exterior, las personas mantienen fuertes raíces culturales. Constituyen una de las comunidades más antiguas de Europa y, en la actualidad aproximadamente un millón de personas en el mundo hablan euskera; una lengua, una vez al borde de la extinción y ahora un ejemplo de exitosa revitalización. Para muchos vascos, el lenguaje es un componente clave de su identidad”.

El Gobierno Vasco y las tres diputaciones forales pronto cogieron el guante lanzado desde el otro lado del océano. La consejera Arantxa Tapia, junto a los diputados forales de Bizkaia, Unai Rementeria; Araba, Ramiro González, y Gipuzkoa, Markel Olano, encabezarán la delegación vasca que comienza mañana un intenso viaje con una agenda muy apretada. Con ellos viajarán a Washington representantes de las principales empresas vascas que arrastrarán con ellas a otras tantas de menor dimensión pero con un papel importante en el desarrollo económico de la CAV. Acudirán artistas como Joaquín Achúcarro, que ofrecerá un concierto de media hora en el mismo escenario donde, poco después, Lucía Lacarra y las becarias de la Diputación foral vizcaína ofrecerán su espectáculo con Toti Martínez de Lezea ejerciendo de narradora. Kepa Junkera con Sorgiñak, Gatibu, Kalakan y Korrontzi pondrán la música mientras otros muestran sus habilidades: artesanos como el cantero Bernat Vidal, presidente de Arbaso; deportistas como la harrijasotzaile Idoia Etxeberria, Karmele Gisasola o el ex puntista Juanan Konpa; rederas de Bermeo, pastores y queseros como la familia Goiburu Murua... Por supuesto, el euskera también tendrá su hueco con un programa liderado por el bertsolari Xabier Paya, quien tendrá un doble papel, ya que también Donostia Capital Cultural 2016 estará presente en el Folklife Festival.

“En Euskadi se ha forjado una cultura”, dijeron las autoridades en Gasteiz durante la presentación oficial de este viaje, “con unos contrastes muy curiosos. En Euskadi se levantan piedras como deporte, pero también se levantan edificios como el Guggenheim o la torre Iberdrola. Se cantan bertsos tradicionales en los bares y los txokos de los pueblos, pero también se fusionan clásicos hasta hacer que la mismísima Madonna baile Aldapeko. Un pueblo de contrastes, con arraigo, pero abierto al exterior”. El conjuro vasco ya está echado.