BERLÍN. Un nuevo estudio científico revela que las algas rojizas Chlamydomonas nivalis situadas en el Ártico tienen una influencia directa sobre el deshielo de los glaciares.
La investigación, publicada en la revista "Nature", destaca que, aunque ya se conocía el papel de este tipo de algas pigmentadas en el deshielo, se había "subestimado" hasta la fecha su repercusión real.
Según los investigadores, de la Universidad de Leeds y el Centro Alemán de Investigación Geológica (GFZ), estas algas rojizas oscurecen la superficie de la nieve y el hielo y afectan directamente al "efecto albedo", que mide los niveles de reflexión de la luz solar sobre la Tierra.
Tal como se detalla en la publicación, el incremento de este tipo de algas hace que la superficie helada presente un 13 % menos del albedo en el periodo de deshielo, es decir, que acoge una mayor cantidad de calor y se acelera el deshielo.
"Nuestros resultados muestran que el efecto natural del albedo es importante y tendrá que ser tomado en cuenta en los próximos modelos climáticos", explica en un comunicado la autora principal del estudio, Stefanie Lutz.
En el artículo se detalla que este fenómeno de pigmentación de las algas solo tiene lugar en los meses cálidos del año, cuando coinciden la aparición de finas capas de hielo derretido y el calor de la luz solar es más potente, ya que en las épocas de mayor frío, estas algas "hibernan".
Para realizar el estudio, los investigadores analizaron a través de un cribado de alto rendimiento la biodiversidad de las algas y otras comunidades microbianas en muestras de 21 glaciares en el Ártico, desde Groenlandia al norte de Suecia, pasando por Islandia.
Gracias a este amplio campo de trabajo, los investigadores afirman haber encontrado el mismo tipo de alga roja en toda la región del Ártico.
"Se trata de la primera vez que los investigadores estudian el efecto a largo plazo de los microorganismos en el deshielo de nieve y hielo en el Ártico", valoró Daniel Remias, biólogo de la universidad austríaca de Wels.
A su juicio, resulta clave el enfoque interdisciplinario del proyecto, dado que "combina un análisis microbiológico y genético con las propiedades geoquímicas y minerológicas de las algas rojas, con los niveles de albedo en su hábitat".
El grupo de científicos continuará sus investigaciones en Groenlandia este verano, fecha para la que se esperan máximos históricos de deshielo por el aumento de las temperaturas.