vitoria - No le gusta Twitter, pero tiene una cuenta en Facebook para estar conectado con algunos amigos. Utiliza el correo electrónico y bucea en la historia del siglo XIX y el desarrollo del ferrocarril gracias a Internet. “Es la biblioteca de antes. Al principio te salen las cuatro cosas más manidas, pero si vas dando vueltas a las palabras de búsqueda, al final encuentras cosas curiosas”, asegura Ramón Urrutia, que también se descarga “documentos de libre disposición que cuelgan en servidores”.
Ingeniero industrial retirado, a sus 71 años, Ramón se defiende con las nuevas tecnologías, pero no las usa para realizar operaciones bancarias. “Le tengo mucho respeto a ese tema porque me contaron que a uno que hacía transacciones electrónicas le entraron en la cuenta. Se fue a quejar al banco y le dijeron que su sistema de seguridad es absoluto, que si alguien había entrado en la cuenta, había sido a través de su ordenador. El banco puede tener todos los sistemas de seguridad que quiera, pero yo, al fin y al cabo, no tengo más que un antivirus y tampoco lo entiendo mucho. Entonces, ya te frena”, confiesa.
Consciente de que “los bancos están presionando en esta línea”, se mantiene a la expectativa. “Ya veremos si pueden ir quitando sucursales y hacer que todos vayamos a la red o si hay una cierta masa crítica de clientes que diga: No, por la red no, y si es necesario hacer cola en las ventanillas, pues haremos cola y ya veremos entonces qué hacen los bancos, porque a lo mejor nos vamos a otro banco cuya sucursal tenga menos clientes y hagamos menos cola”, advierte. - A. R.