Atenas - Grecia retomó ayer las devoluciones de refugiados a Turquía y deportó a 124 personas, una tarea del mitológico Sísifo si se tiene en cuenta que en las últimas 24 horas llegó un número similar a las islas del Egeo. La primera embarcación partió a las cuatro de la mañana (01.00 GMT) desde las islas de Kos y Samos rumbo a la de Lesbos, donde un catamarán turco esperaba para transportar a un grupo de 79 migrantes y refugiados al puerto de Dikeli. Según el Gobierno, ninguno de los deportados, en su mayoría paquistaníes, aunque también había indios, marroquíes, iraquíes y un palestino, había solicitado asilo en Grecia.

Esta segunda operación de deportaciones se hizo en dos tandas, pues a las ocho de la mañana ya había partido desde Lesbos una primera embarcación hacia Turquía, con 45 paquistaníes a bordo y un número equivalente de policías de Frontex.

De 3.600, salen 45 El grupo había sido trasladado al puerto desde el controvertido centro de detención de Moria, donde se hacinan unas 3.600 personas. El traslado estuvo rodeado de protestas de activistas que, al igual que las distintas ONG presentes en las islas, son muy críticos con la aplicación del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía. Algunos protestaron golpeando los barrotes del muelle que había sido cerrado al público, mientras que un pequeño grupo de tres personas se lanzó al agua y se colgó de la cadena del ancla para evitar la salida de la nave. El lunes pasado Grecia devolvió a Turquía a los primeros 202 migrantes y refugiados, en su mayoría paquistaníes y afganos, pero también bengalíes y dos sirios. Posteriormente tuvo que suspender la operación de devolución ante la avalancha de solicitudes de asilo, la mayoría de las cuales no han podido ser procesadas al no haber llegado todavía suficiente personal de la Oficina Europea de Asistencia al Asilo (EASO).

sin pers0nal En un principio estaba previsto que ayer mismo comenzara a operar el primer grupo de 30 funcionarios de EASO y un idéntico número de traductores, cuyo objetivo es asistir al personal local, pero el trabajo efectivo no ha comenzado porque aún se está diseñando el protocolo que se aplicará para procesar las peticiones de asilo. En total, está previsto que Grecia ponga a disposición a 200 expertos en asilo y EASO otros 400. Además de la dramática escasez de recursos humanos para aplicar el acuerdo, la operación de repatriación no parece tener por ahora un gran efecto disuasorio para los refugiados que intentan llegar a Europa. Mientras que 124 eran devueltos ayer, otros 149 habían llegado a las islas del mar Egeo entre las 07.30 del jueves y la misma hora de la mañana de ayer, según los datos publicados ayer por el centro gubernamental que gestiona la crisis de refugiados.

En Lesbos, la isla que más refugiados acoge, el número ascendía ayer por la mañana a 3.605, casi todos en el centro de detención de Moria, donde la situación es alarmante, según denunció este jueves Amnistía Internacional (AI), que pudo visitarlo. Según AI, en este centro, en el que están retenidos sin poder salir hombres, mujeres y niños, tan solo hay tres médicos. Pero muchas personas se quejan de que, peor que las condiciones en el centro en si, es la falta de información sobre el proceso de asilo y asistencia legal.

Una mujer siria citada por AI afirmó que ella y su familia tuvieron que firmar una serie de documentos pese a que no había un intérprete presente y tampoco recibieron copias que acreditaran que los habían firmado. “No necesito comida, lo que necesito es entender los que ocurre”, señaló la citada mujer a la organización pro derechos humanos.

Mientras tanto, tras el fracaso de conseguir que los más de 4.000 refugiados que acampan desde hace semanas en el puerto ateniense del Pireo permitiera su traslado a alguno de los numerosos centros de acogida organizados, el Gobierno griego les lanzó ayer un ultimátum y anunció que en los próximos días se procederá a su evacuación. El objetivo es vaciar todo el recinto portuario con vistas a las vacaciones de la Pascua ortodoxa, que conlleva siempre un incremento importante del tráfico marítimo con las islas.

advertencia de la onu Europa no deberían retener a los menores refugiados e inmigrantes en centros de detención, porque además de huir de la violencia y persecución, en el trayecto se enfrentan a abusos y a una experiencia desgarradora, recordó ayer Naciones Unidas. “Un número sorprendente de niños migrantes están detenidos en las fronteras y son expuestos a sufrir abuso físico por agentes del Estado”, afirmó ayer el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, en una reunión organizada por el Fondo de la ONU para las Víctimas de la Tortura.

“Es absolutamente vital que los Estados protejan los derechos de todos los migrantes y, especialmente, los niños migrantes”, agregó Zeid, quien recordó que muchos de estos menores “han sufrido un severo trauma y malos tratos -que en algunos casos pueden definirse como tortura- antes de abandonar sus hogares”. “Además de ello, los niños que migran en grandes grupos tienen un gran riesgo de ser víctimas de violencia durante el viaje, incluyendo abuso sexual a manos de los traficantes y bandas de criminales”.

Zeid volvió a reiterar su solicitud de que los Estados no retengan contra su voluntad a los niños migrantes y busquen alternativas para acogerlos.