Madrid - Un día después de conocerse que los guardias fronterizos turcos disparaban a matar a los refugiados que trataban de huir de Siria, Amnistía Internacional denunció devoluciones forzosas desde Turquía al país vecino, lo que revela “fatídicos defectos” del acuerdo entre Ankara y Bruselas. La organización de derechos humanos internacional indicó, a través de un comunicado, que en las provincias fronterizas del sur del país, las autoridades turcas detienen y expulsan a cerca de un centenar de personas casi a diario desde mediados de enero. AI asegura que en los últimos tres días ha recopilado testimonios que revelan que la práctica de las autoridades turcas “constituye un secreto a voces en la región”, recalcando que “todas las devoluciones forzosas a Siria son ilegales”.

“En su desesperación por sellar sus fronteras, los líderes de la UE han hecho deliberadamente caso omiso de los hechos más simples: Turquía no es un país seguro para las personas refugiadas sirias y cada día es un poco menos seguro”, manifestó el director para Europa y Asia Central de la organización, John Dalhuisen. “Las devoluciones a gran escala de personas refugiadas sirias que hemos documentado ponen de manifiesto los fatídicos defectos del acuerdo entre la UE y Turquía. Para aplicar ese acuerdo, hay que tener corazón de piedra y un absoluto desprecio por el Derecho Internacional”, agregó. En este sentido, Dalhuisen lamentó que “lejos de presionar a Turquía para que mejore la protección que brinda a las personas refugiadas sirias, lo que está haciendo la UE en la práctica es incentivar lo contrario”.

“Parece sumamente probable que, entre las últimas siete o nueve semanas, Turquía haya devuelto a Siria a varios miles de personas refugiadas. Si el acuerdo sigue adelante según lo previsto, existe un riesgo muy real de que algunas de las personas que la UE devuelva a Turquía corran la misma suerte”, sostuvo. AI destacó que entre los refugiados devueltos figuran tres niños sin acompañantes y una mujer embarazada de ocho meses. “La inhumanidad y la magnitud de las devoluciones son francamente espantosas. Turquía debe detenerlas de inmediato”, reclamó Dalhuisen.

Por su parte, el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahmán, ahondó ayer en la información sobre la muerte de refugiados sirios a manos de guardias fronterizos. En declaraciones a Efe, Abderrahmán explicó que al menos 23 personas han muerto en lo que va de año, “dieciséis eran civiles sirios, entre los que hay dos menores y una mujer, y otras siete personas de identidad desconocida”, detalló. Los ataques se registraron cuando las víctimas trataban de atravesar desde las provincias sirias de Idleb y Alepo, en el noroeste, y desde Al Hasaka, en el noreste, en dirección a Turquía. “El mayor número de fallecidos se ha producido en los dos últimos meses por la ola de desplazados que hubo en el norte de Alepo y que intentaron cruzar al territorio turco”, indicó Abderrahmán. “Esto no es algo nuevo, lleva ocurriendo desde el comienzo de la guerra”, señaló. Según Amnistía Internacional, en la actualidad, hay cerca de 200.000 personas desplazadas en una franja de unos 20 km en la frontera turca, en la que las condiciones de los campamentos “son atroces, sin agua potable ni saneamiento, según ONG y residentes.

Caos en Grecia En este contexto, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) reclamó ayer que, “a la luz de las continuas graves brechas” constatadas tanto en Grecia como en Turquía, se garanticen todas las salvaguardas antes de comenzar el lunes las devoluciones de los migrantes y refugiados en aplicación del acuerdo suscrito entre Bruselas y Ankara. “Acnur no tiene objeción a las devoluciones de personas sin necesidad de protección y que no han solicitado asilo, siempre y cuando sean conformes con los Derechos Humanos”, precisó su portavoz, Melissa Fleming, en rueda de prensa en Ginebra.

Según los datos de Acnur, en Grecia hay actualmente unos 51.000 inmigrantes y refugiados, de los que unos 5.000 están atrapados en las islas, a las que llegaron 766 personas el pasado martes, tras haber caído la media de llegadas diarias a 300. Fleming indicó que “numerosos aspectos de los sistemas para recibir y tratar con personas que podrían necesitar protección internacional siguen sin funcionar o están ausentes” en Grecia. Además, la agencia de la ONU ha constatado un deterioro de las condiciones en el centro de acogida de Lesbos, donde hay 2.300 personas pese a que la capacidad es de 2.000. “La gente duerme a la intemperie y el suministro de alimentos es insuficiente. La ansiedad y la frustración son generalizados”, denunció la portavoz. “Para empeorar las cosas, muchas familias se han visto separadas, con sus miembros dispersos por Grecia, lo que representa una preocupación adicional si comienzan las devoluciones”, añadió.

Como en Lesbos, el centro de acogida de Chíos tiene 1.700 personas cuando su capacidad es para 1.000. Acnur “está muy preocupado por la situación allí, ya que la noche del jueves hubo enfrentamientos entre sirios y afganos y tres personas resultaron heridas por apuñalamiento”. De hecho, ayer, unos 500 sirios escaparon del centro y se dirigieron al puerto a la espera de que algún barco que les traslade a otra isla. “Los sirios nos dijeron que no querían seguir en el mismo lugar que los afganos debido a los enfrentamientos”, explicó una fuete de la Policía local. La tensión, que cada día aumenta en los centros de detención de las islas del Egeo oriental y en los campamentos informales del Pireo y de Idomeni, ha empezado a provocar malestar entre los habitantes de Chíos, hasta ahora solidarios con los refugiados. Para hacer frente a esta tensión creciente, la policía decidió el jueves desplazar a 150 agentes adicionales a Chíos, Lesbos y Samos, además de otros 105 a Kilkís, el centro encargado de la seguridad del paso de Idomeni. - E.P./Efe

160

mil inmigrantes y refugiados han llegado a Europa por mar en los tres primeros meses de este año, siendo Grecia el principal destino, según los últimos datos publicados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Del total, 150.703 personas han llegado a Grecia, mientras que otras 18.357 han arribado a Italia. A estos hay que sumar los 2.434 que han conseguido acceder al continente por tierra. Además, en este mismo periodo un total de 620 personas han perdido la vida en la travesía hacia Europa, 366 de ellas en aguas del Egeo mientras trataban de llegar a la islas griegas desde Turquía y otras 249 tratando de alcanzar Italia.

En la última semana de marzo, tras la entrada en vigor del acuerdo alcanzado entre la UE y Turquía, las llegadas de inmigrantes y refugiados a Grecia cayeron un 70% con respecto a la semana anterior, con un total de 1.578 llegadas.

En el caso de Italia, también disminuyeron las llegadas, un 9%, pero ahora estas superan las que recibe Grecia, situándose en 3.421 la última semana. Por otra parte, hay 56.577 inmigrantes y refugiados atrapados en el continente, de los que 51.601 se encuentran en Grecia, 1.210 están en Macedonia y otros 1.082 en Serbia, además de algunos cientos en Eslovenia, Croacia y Bulgaria. En Hungría, ha precisado, hay también 1.250 atrapados.