Bruselas - “Una persona que busca asilo solo puede ser devuelta si se salvaguarda su protección”. Esta es la respuesta del alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, al principio de acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Turquía sobre las nuevas reclamaciones de Ankara par frenar el flujo hacia el Viejo Continente de inmigrantes irregulares y refugiados, también sirios, que incluyen otros 3.000 millones de euros y agilizar la liberalización de visados.
“Comprendemos que Europa debe organizar el flujo de refugiados y que hasta ahora no ha sido sostenible. Pero es importante gestionar las cosas en el respeto del derecho internacional de los refugiados”, manifestó Grandi en un encuentro con la prensa tras su intervención en el Parlamento Europeo con motivo del Día Internacional de la Mujer, que los eurodiputados dedicaron a las refugiadas. “Un retorno de los que llegan a Grecia no se puede hacer correctamente si no se respetan todas las garantías, con absoluto respeto de la Convención de Ginebra, examinando el caso antes de que este refugiado sea reenviado”, agregó Grandi, quien mostró su preocupación por que en Europa se llegue a un situación de “devoluciones de refugiados sin las garantías de protección necesarias”.
Estas garantías de protección incluyen el estudio de cada caso individualmente. Las devoluciones masivas, por lo tanto, son ilegales. “La expulsión colectiva está prohibida por la Convención Europea de Derechos Humanos, y un acuerdo que parece que establece la expulsión directa de extranjeros hacia un país tercero no es compatible con la legislación europea ni con la legislación humanitaria internacional”, advirtió al respecto Acnur.
Durante la cumbre UE-Turquía celebrada el lunes en Bruselas, los Veintiocho pasaron prácticamente por alto cuestiones como la confiscación del diario turco Zaman y no dudaron en aceptar la deportación de sirios, pese a venir de un conflicto y a su derecho de solicitar asilo par recibir protección internacional. Los líderes se centraron así en el nuevo plan que a última hora puso sobre la mesa el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y Davutoglu ya habían acordado el pasado jueves que Turquía aplicaría el acuerdo bilateral de readmisión con Grecia para todos los inmigrantes que no necesiten protección internacional, así como para aquellos interceptados en aguas turcas. De ahí que las nuevas propuestas turcas cogieron por sorpresa a algunas delegaciones, como la sueca, que dijo no tener el mandato para tomar una decisión sin consultar con su parlamento nacional.
La canciller alemana, Angela Merkel, negó que el plan turco haya sido redactado en realidad por una mano germana, al asegurar que es “exclusivamente de Turquía”, al tiempo que desvinculó la iniciativa de las elecciones regionales que se celebran el domingo. Sin embargo, fuentes europeas admitieron que las nuevas ideas turcas fueron cocinadas en petit comité entre Davutoglu, Merkel y el primer ministro holandés, Mark Rutte, cuyo país ocupa la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea.
En base al acuerdo, Ankara se compromete a aceptar la devolución de “todos los inmigrantes irregulares que crucen desde Turquía a las islas griegas siempre que la UE se haga cargo de los costes” de repatriación, según la declaración conjunta de los mandatarios europeos. Por cada sirio que readmita Turquía desde las islas griegas, otro sirio será reubicado desde Turquía a los Estados miembros de la UE. Preguntado por la legalidad de esta cuestión, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aclaró que la normativa europea sobre procedimientos de asilo abre la puerta a soluciones de este tipo, en las que un Estado miembro puede rechazar estudiar una petición de asilo si considera que el país no comunitario al que se deriva el caso es un país seguro, como es el caso de Turquía para Grecia. Sobre este punto, el portavoz comunitario Alexander Winterstein agregó ayer que “los detalles (del acuerdo) se finalizarán entre este momento y el Consejo Europeo (de la próxima semana), pero obviamente se cumplirá con la ley europea y la ley internacional”.
Críticas de las ONG Pese a que la Comisión Europea ha querido dejar claro que todavía hay que discutir los detalles, el principio de acuerdo alcanzado por la UE y Turquía el pasado lunes ha generado un rechazo absoluto entre las organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW), Médicos Sin Fronteras (MSF), Amnistía Internacional (AI) y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
El responsable de Relaciones Externas de MSF en el Estado español, Carlos Ugarte, lamentó en un comunicado “el cinismo” de los líderes europeos, que “han perdido por completo el sentido de la realidad”. El acuerdo “reduce a las personas a meros números, negándoles un trato humano y desechando sus derecho a buscar protección”, criticó Ugarte, quien recordó que “esas personas no son números, sino mujeres, niños y familias”.
En este sentido, la responsable de AI para Instituciones Europeas, Iverna McGowan, consideró que “la idea de intercambiar refugiados por refugiados no es sólo deshumanizante, sino que tampoco ofrece una solución sostenible a largo plazo a la actual crisis humanitaria”. Este mensaje fue también compartido por el experto en derechos de los refugiados de HRW Bill Frelick, quien criticó que los refugiados terminen siendo “fichas de cambio”. “La integridad del sistema de asilo de la UE y la integridad de los valores europeos están en juego”, advirtió Frelick. Las organizaciones de derechos humanos cuestionaron asimismo el uso del concepto de “tercer país seguro” para el caso de Turquía. AI advirtió de que esta catalogación implica una merma en los derechos de cada ciudadano a que sus solicitudes sean procesadas de forma justa y puede derivar en deportaciones al país de origen.
De hecho, McGorwan recordó informes de la organizaciones de derechos humanos en los que se demuestra que “Turquía ha devuelto forzosamente a Siria a refugiados”. Además, añadió, muchos de los sirios que han huido a territorio turco “viven en condiciones desesperadas”, sin acceso a servicios básicos como refugio o educación. La responsable de Amnistía también apuntó que el 90% de quienes buscan un futuro en Europa proceden de Irak, Siria y Afganistán. “Enviarlos de vuelta a Turquía a sabiendas de que su llamamiento de protección internacional nunca será atendido demuestra que los llamamientos de la UE para que se respeten los derechos de los refugiados son palabras vacías”.
Por su parte, el portavoz de HRW denunció que la UE y Turquía no aclaran cómo se garantizará “la protección internacional” a la que tienen derecho los refugiados durante las “expulsiones masivas aceleradas”, lo que implica, a su juicio, una “contradicción fundamental”. Frelick recriminó también a los líderes de la UE que “cierren sus fronteras” sin tener en cuenta el impacto que puede tener en la frontera entre Turquía y Siria, que ha permanecido “cerrada” para decenas de miles de sirios que han huido de la ofensiva militar de Alepo. - Efe/E.P.