gasteiz - La educación concita múltiples intereses y uno de ellos, sin duda, es el económico. El gremio de editores del Estado facturó el curso pasado 780 millones de euros en la producción de libros de texto. La educación, por tanto, también es un negocio. Si no hay clientes potenciales que estudien en una determinada lengua, el interés de las grandes editoriales decae y no publican materiales en ese idioma. Esta es una de las razones que explican el reducido número de jóvenes que históricamente han estudiado Formación Profesional en euskera: no tenían con qué hacerlo. La otra es que hasta este curso el Gobierno Vasco no ha abierto la línea B (bilingüe) y no en todos los centros, ni en todos los ciclos formativos. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Muy poco a poco el euskera ha logrado entrar en las aulas de FP gracias, como todo con el euskera, al trabajo de quienes están a pie del cañón. En 2001 nació Laneki, una asociación que se creó para el fomento de la FP por los centros públicos de Ikaslan Gipuzkoa, Ikaslan Araba, Ikaslan Bizkaia y los centros concertados de Hetel. Su principal proyecto se llama Lanbide ekimena, basado en “la creación de materiales en euskara para los profesores de FP, que ha ido evolucionando y se ha convertido en una red de trabajo colaborativo de profesores donde proponen y crean materiales”, afirman Rikar Lamadrid y Kepa Altube, responsables de Laneki.
Según explican, otro de los hitos en el avance del euskera “ha sido el uso de las TICs, el publicar los materiales en formato digital y no en papel”. Ahora todo el profesorado tiene la oportunidad de subir sus trabajos a la red y englobarlos y compartirlos todos en www.jakinbai.eus. En la web hay cerca de 700 materiales digitalizados y otros 100 han sido creados por editoriales o son diccionarios técnicos.
Pero no siempre ha sido así, lamentan. “Al principio los profesores creaban los materiales en euskara por su cuenta y muchas veces se duplicaba el trabajo porque dos o tres profesores creaban el mismo material”. Esta precariedad ha disuadido de continuar por la línea de euskera a muchos jóvenes que habían estudiando en modelo D y B la enseñanza obligatoria. Ahora hay cerca de 32.000 estudiantes de FP y el 28% estudia en euskera (unos 9.000) con todas las garantías. Y es que, explican Lamadrid y Altube, la cuestión de fondo es de derechos. Sin libros adecuados, “los derechos de esos alumnos que han decidido estudiar en euskara no son respetados”. Y además, es un obstáculo para llevar el euskera al puesto de trabajo. Estos dos profesionales del centro de FP de Aretxabaleta afirman: “Si en un modulo o asignatura no hay materiales en euskera, como ocurría con los ciclos nuevos recién implantados, automáticamente los alumnos relacionan el módulo/asignatura con el castellano y una vez adquiridas las competencias en castellano es muy difícil trabajar en euskera”. Laneki pretende que eso no ocurra, pero no es sencillo.
Seis años de trabajo por delante Hay algunos libros de asignaturas transversales o temáticas concretas que sí se han editado en euskara, “tenemos cerca de 860 módulos diferentes y no es rentable publicar en euskera”, dicen. Según comentan, desde Laneki “negociamos con las editoriales para que nos dejen los derechos de traducción, nos encargamos de traducir los textos y darles el formato digital”. Otro de los elementos clave del proyecto es el profesorado. La asociación, apuntan, “se coordina con los profesores de las distintas familias profesionales, 22 en total, para crear nuevos materiales. Para la tutorización de los trabajos, a nivel terminológico, colaboran los profesores de Irale y así conseguimos nuevos materiales creados por los mismos profesores y con excelente nivel de calidad”.
Aun así admiten que “todavía nos queda mucho camino por hacer, son 150 módulos los que todavía nos quedan sin materiales en euskera y en ello trabajamos”. Para completar el catálogo para todos los módulos de FP en euskera se calcula que pasaran todavía 5 o 6 años. A corto plazo Laneki está creando junto con el servicio de Irale del Gobierno Vasco 41 nuevos materiales para este 2016 y especialmente Lanpres Gida, “una herramienta imprescindible para la realización de las prácticas o formación en centro de trabajo y el sistema dual en euskera”, afirman. La presentación de la guía será en el Palacio Euskalduna el 18 de abril.
A medio plazo, la asociación plantea “la creación de materiales para todos los módulos que se imparten en euskara y largo plazo empezar a trabajar en euskera con softwares que se utilizan en los módulos, que son los que después se utilizan en el mundo profesional”, señalan. En definitiva, recalcan, “el reto es que cualquiera que quiera estudiar en euskera, pueda ejercer ese derecho”.
Un derecho que, en ocasiones, se topa con el problema económico. En este sentido, estos dos profesionales afirman que “la financiación nunca es suficiente”.
Y es que, en la FP se generan nuevos materiales continuamente para dar respuesta a esos nuevos campos profesionales y “esos materiales o se generan en euskera o tienen que ser traducidos”. Dotar de estabilidad a su línea de financiación es otro de los elemento clave del proyecto ya que, según describen, “ lo más costoso son los permisos, la traducción y adecuación de los materiales al euskera”. El último ejercicio su presupuesto se elevó a 166.000 euros. Laneki está subvencionada mayoritariamente por el Gobierno Vasco y cuenta con el patrocinio de las diputaciones de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba, Ayuntamientos de Buruntzaldea, Debagoiena y Tolosa. Según comentan, los últimos años se ha sumado al proyecto la iniciativa privada. “Empresas como Ampo e Irizar también toman parte en el proyecto”. El trabajo de Laneki durante la última década en la creación de materiales en euskera ha tenido una gran acogida entre sus usuarios que otorga a la calidad de los manuales y del euskera empleado una nota media de 7. Lo mejor valorado, con un 8, es la necesidad de la web jakinbai.eus.