Gasteiz - El hallazgo del cuerpo sin vida de Hodei Egiluz en el fondo del río Escalda fue casual, pero quizás no tanto su fallecimiento. Todas las hipótesis están sobre la mesa; a los ojos de los expertos, algunas son más razonables y otras secundarias. Incluso, como ilustra el prestigioso antropólogo forense Paco Etxebarria, puede “que técnicamente no sepas nunca de qué se ha muerto”, con el quebranto psíquico que esta circunstancia podría suponer para familiares y amigos del joven y de la Justicia belga.

Y es que las secuelas físicas producidas en el cuerpo por el agua y por el tiempo transcurrido dificultarán y limitarán “poderosísimamente” la posibilidad de determinar la causa médica del fallecimiento. Por eso en este caso -y en otros tantos- se habla de causa probable de muerte. “Está todo limitado como consecuencia del estado de conservación del cuerpo. Ese será ahora el reto”, sospechaba Etxebarria. “Igual es un asunto que no tiene salida”, agregaba en declaraciones a DNA.

No obstante, este reputado antropólogo forense es de la opinión de que en este caso “pesa mucho el hecho de que haya aparecido muerto en el agua y no en un piso de estudiantes al que iba de vez en cuando, por ejemplo”. Una circunstancia que, a primera vista, llevaría a descartar la posibilidad de muerte natural. De hecho, Etxebarria se muestra “casi seguro” de que el expediente abierto con el nombre Hodei Egiluz será calificado de muerte violenta: hubo por lo menos dos asaltos, hubo sospechosos,...

A partir de ahí, reflexiona, solo faltaría ponerle apellido a esa muerte violenta. “No me puedo imaginar nunca que eso sea un accidente ni un suicidio, fruto de un momento de desánimo. Esas son las hipótesis que menos me imagino. Si ordenamos las hipótesis, la razonable, porque las otras son muy secundarias, es muerte violenta homicida”, resume este antropólogo forense.

Para resolver esta cuestión, no solo es necesario poner en marcha cuestiones técnicas de tipo forense -que tienen su importancia, subraya Etxebarria-, sino también los hechos circunstanciales de cómo se produjo la desaparición, dónde fue hallado el cuerpo,? “En ausencia de alguna cuestión muy rotunda o evidente de tipo traumático, siempre te puede quedar la duda de si será un suicidio, un accidente o un homicidio. Y con todo, de las tres alternativas, ahora mismo la primera que hay que pensar siempre es que eso no es nunca un accidente y eso no es nunca un suicidio”, insistía.

Hechos circunstanciales A su entender, no hay razones para orientar las pesquisas por ahí; y sin embargo, si las habría para contemplar el caso desde una perspectiva y en el contexto de una muerte violenta homicida teniendo en cuenta lo que le pasó a Hodei Egiluz -los citados hechos circunstanciales-, horas antes de su desaparición y en esa zona. “Para resolver esto no solo haces una autopsia, sino que hay que poner en funcionamiento otros elementos de la investigación policial y judicial”.

En este sentido, la imprevista aparición del cadáver lleva a pensar que este luctuoso suceso volverá a estar en la agenda de la Justicia belga; y también de la Policía, con lo que esto podría suponer para la investigación. “Y con cosas que puede que no se hayan dado a conocer porque antes igual parecieron secundarias. El juez tiene la responsabilidad de retomar todo el asunto”, sostenía. “Sin cuerpo, hasta los sospechosos que ha habido han tenido la ventaja de que siempre cabía la duda de que no estuviera muerto. Pero ahora igual vuelven a entrar en sospecha y se reactiva la investigación judicial con ese argumento”, alentaba. Si desde la perspectiva forense se pudiera determinar finalmente que fue muerte violenta el juez exigirá a los profesionales que valoren con certidumbres científicas si se trató de suicidio, accidente u homicidio. “La respuesta técnica igual no se puede dar nunca. Todo depende de cómo esté preservado el cuerpo”, insistía.