bilbao - Los suicidios, de celebridades o de gente anónima, siempre han sido algo tabú. Iñaki Markez, psiquiatra bilbaíno que preside la Osasun Mentalaren Elkartea (OME), advierte de que en la sociedad se dan más suicidios de los conocidos ya que muchos son presentados como accidentes, los llamados “suicidios en blanco”. El médico recuerda que en el Estado se producen cada día diez suicidios y más de 20 tentativas según el Instituto Nacional de Estadística. “El tabú familiar y social e idearios culturales llevan al ocultamiento formal de la mayor parte de esos casos de dolor”, explica Markez.

¿Por qué se dan casos entre los cocineros de élite? “Sería muy superficial dar una respuesta cerrada”, confiesa el psiquiatra, “sabemos que para llegar a esa decisión pueden acontecer muchos elementos: enfermedad previa o enfermedad latente, de susceptibilidad, y también otros muchos elementos, unos propios de la personalidad, otros vinculados al entorno. Son muchas personas las que no soportan las escenas asociadas a la fama, el prestigio, reconocimiento, la competitividad, disgustos, rupturas? o su pérdida. Puede que tampoco sean capaces de soportar los celos, el estrés, la presión social o institucional, todo ello muy presente y seguro que necesario para el progreso y el desarrollo de ciertas actividades profesionales”.

La muerte de Violier ha puesto el foco sobre los cocineros, pero Iñaki Markez recuerda que no es este un mal específico de los fogones: “Esto que ahora salta en los medios con cocineros afamados ha ocurrido antes con profesionales de la medicina, la música, las artes plásticas, literatura, actores, y otras muchas profesiones donde el riesgo psicosocial o el burnout (estrés) en su ámbito laboral están muy presentes, algo determinante en comportamientos suicidas”.

“Los que nos dedicamos a la salud mental hemos recordado que la conducta humana tiende a ser imitada. Y que el suicidio es también una forma de conducta”, dice Iñaki Markez. El presidente de OME rescata las palabras de Víktor E. Frankl, psiquiatra judío que pasó por varios campos de concentración nazis: “El hombre que no podía ver el fin de su existencia provisional tampoco podía aspirar a una meta última en la vida, cesaba de vivir para el futuro? El obrero parado, por ejemplo, está en una posición similar”. Con ello transmitía “la impresión de que en esas circunstancias se vive una vida menos viva”.

Markez denuncia que se suele catalogar los suicidios como un problema de salud pública. “Seguro que lo son”, dice. Pero apunta que bajo el paraguas de la crisis económica “se cubren los fraudes y la especulación, los desahucios y la amplia corrupción, los sobresueldos y los despropósitos gubernamentales, los rescates a quienes previamente engañaron, etcétera”. El psiquiatra lamenta que al mismo tiempo “son muchos miles las familias excluidas que están más desfavorecidas que hace pocos años y carecen de recursos, lo que conlleva una serie de problemas emocionales. También se da en sectores acomodados. Esto está generando un aumento preocupante de patologías depresivas, de medicación con psicofármacos sin otras terapias ni medidas preventivas y hasta de casos de suicidio debidos, principalmente, a situaciones de exclusión social. - Aner Gondra