MADRID. En España existen 47.000 personas afectadas por esclerosis múltiple y cada año se diagnostican unos 1.800 nuevos casos de esta enfermedad, la segunda causa de discapacidad más frecuente entre los jóvenes españoles y la primera en discapacidad sobrevenida.

Con motivo del Día Nacional de la Esclerosis Múltiple (EM), que se celebra el 18 de diciembre, la Sociedad Española de Neurología (SEN) recuerda las cifras de afectados por esta enfermedad, un número que se ha duplicado por 2,5 en los últimas dos décadas.

A pesar de que hoy en día no existe cura para la esclerosis múltiple, cada vez se controla mejor con la ayuda de fármacos, que logran reducir el número, la frecuencia y la intensidad de los brotes y la cantidad y volumen de lesiones que aparecen en el cerebro, añade la sociedad médica en un comunicado.

Los primeros síntomas de la enfermedad suelen aparecer en edades comprendidas entre los 20 y 40 años.

"La alteración de la sensibilidad, dificultad para coordinar movimientos o los trastornos visuales, suelen ser los primeros síntomas en manifestarse. En un 85 % de los casos la enfermedad se presenta en 'brotes', que son la aparición brusca de nuevos síntomas neurológicos", explica Ester Moral Torres, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología.

La doctora aclara que la esclerosis múltiple es una de las enfermedades más incapacitantes, por la repercusión que tiene la discapacidad en la actividad laboral del paciente y en su calidad de vida, lo que la convierte, tras los accidentes de tráfico, en la segunda causa de discapacidad más frecuente entre los jóvenes españoles y la primera en discapacidad sobrevenida por enfermedad.

Según la SEN, un 42 % de los afectados dependen del uso de medicamentos o ayudas médicas como la rehabilitación y casi la mitad precisa de apoyos para deambular en algún momento de su enfermedad.

Además, hasta un 75 % de los pacientes sufren alteraciones del ánimo o depresión.

Los especialistas destacan que el pronóstico de la enfermedad ha mejorado mucho en los últimos años debido a los avances que se han producido tanto en el tratamiento como en su diagnóstico.

Cada año se diagnostican unos 1.800 nuevos casos en España, lo que ha permitido que se pueda diagnosticar la enfermedad en sus fases iniciales y por tanto controlarla desde el inicio.

Además, las nuevas técnicas de neuroimagen y los estudios de resonancia magnética han conseguido que se pueda analizar con mayor precisión la progresión de la enfermedad.

"El futuro del tratamiento de la enfermedad se encamina hacia la terapia personalizada, en función de los marcadores de riesgo, la actividad clínica y radiológica de la enfermedad, las lesiones y las comorbilidades del paciente", concluye la sociedad médica.