Tras los atentados de París, los refugiados no deben convertirse en chivos expiatorios”, declaró Acnur (Alto Comisionado de la ONU para los refugiados) días después del negro 13-N. “Esas personas vienen amenazadas, precisamente están huyendo del terrorismo”, subrayó su portavoz en Madrid, María Jesús Vega, esta semana. “Nos preocupa esa retórica peligrosa e inaceptable de los países que pretenden rebajar derechos de asilo y protección internacional. Pues el Derecho de asilo es universal”, destacó.
Para Vega, es compatible tener medidas de seguridad con unos registros e identificaciones “adecuados”. Su organización rechaza la “distinción de nacionalidad” para acceder a un país y exige “programas alternativos” para evitar que Grecia, Turquía, Líbano o Jordania se “desborden”, con millones de refugiados hacinados, “durmiendo bajo puentes, en cobertizos; asediados por mafias en los Balcanes, que les sajan un dineral por trasladarles 4 kilómetros...”, enumera.
Entre las vejaciones que viene registrando Acnur están las mujeres y niños que han sufrido “abusos y violencia sexual en sus desplazamientos por Europa”, sobre todo las mujeres que viajan solas, o en recorridos por la noche, por lugares inseguros... “Muchos centros están saturados y no cuentan con iluminación adecuada o espacios separados para mujeres y familias con hijos”, narra la ONG. En esta línea, Acnur y Save the Children han pedido a los líderes europeos que refuercen “las medidas de protección de los menores”, y que suponen más del 20% de las llegadas.
Precisamente Unicef informó esta semana de que un 30% de los migrantes ahogados en el Mediterráneo este año han sido menores, un 5% bebés. La cifra de niños que emigran va en aumento.
A su vez, Médicos Sin Fronteras (MSF) coincide en la denuncia de Acnur de que “cientos de personas en tránsito se encuentran bloqueadas en las fronteras de Grecia, Serbia y Arym (antigua república de Macedonia) a causa de las nuevas medidas de los gobiernos de Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia de permitir entrar en sus territorios sólo a personas de ciertas nacionalidades”. Según el coordinador de Migración de MSF, Stefano Argenziano, “la situación ya era dramática antes de que esta selección arbitraria se pusiera en marcha”, y califica la respuesta de las autoridades locales “a todas luces insuficiente”, culpándoles de que sus bloqueos “impuestos limitan la capacidad de los actores humanitarios de proporcionarles refugios y apoyo”.
Esa “arbitrariedad” provocaría “más necesidades humanitarias, de forma que los menores adolecen de “refugio y protección. Los más pequeños a menudo han de caminar kilómetros porque sus padres simplemente ya no tienen fuerzas para llevarlos”. MSF destaca las “temperaturas en continuo descenso”, por lo que han atendido casos de hipotermia y crecientes afecciones respiratorias, y temen por la vida de pacientes con patologías crónicas. Ancianos y personas en sillas de ruedas, junto con “las cambiantes políticas fronterizas”, hacen precisos los refugios para esas personas en circunstancias “muy duras”. Hay que recordar que MSF sigue recogiendo pateras del mar, y también cadáveres de los que se ahogan.
“churras con merinas” Carlos Arce, de la Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía (Apdha), coincide con Mª Jesús Vega en que no se puede combatir el yihadismo “a costa de violar el Derecho de Asilo. Episodios como el de París resultan una potente justificación política para cambiar medidas políticas” que se corresponderían, interpreta, con “un control de fronteras exteriores y de flujos migratorios que se lleva gestando desde hace años”.
Así, los Estados Miembros europeos no estarían asumiendo sus cuotas de asilo, señala, “sin ningún sentido, pues sabemos que los terroristas son segundas y terceras generaciones, que ya están aquí y no en un bote en el que pueden ahogarse en el Mediterráneo”. Así, no ve admisible “mezclar churras con merinas” e insta a cumplir con “una obligación internacional”. Como otras ONG humanitarias, la Apdha condena “cualquier tipo de violencia para conseguir objetivos políticos. Ninguna guerra es justa ni es santa”.
No es la primera vez que Arce indica que el Gobierno español tiene “un discurso en Bruselas, de que está frenando las llegadas, y otro, aquí, de que nos están invadiendo”. Al igual que Acnur, la Apdha está muy preocupada por el número creciente de devoluciones en Ceuta y en la valla de Melilla, así como “el control de flujos por Marruecos”.
Tanto la Apdha como Cáritas Europa han puesto énfasis en la Cumbre de La Valeta (Malta), antes del 13-N, donde Cáritas reclamó un “impulso decidido de la UE y sus homólogos africanos para abordar la pobreza y la injusticia social”. Porque Cáritas viene destacando que “esta no es una crisis sobre migración, sino una crisis de solidaridad”, y ha instado a los líderes europeos a “garantizar la paz y el desarrollo en los países de origen y de tránsito hacia Europa”, abriendo “vías de entrada seguras y legales” al viejo continente, para evitar “el sufrimiento de los migrantes, que se prolonga innecesariamente”.
Cáritas coincide con SOS Racismo en que debería haber un visado comunitario común, pues, recuerda SOS, la Normativa de Retorno de los 27 puso “a millones de migrantes en situación de vulnerabilidad, convirtiéndolos en moneda de cambio frente a los países de origen”.
Canadá si cumple con su compromiso de asilo pero algunos estados de EEUU bloquean a Obama.