bilbao - Miles de padres vascos se debaten estos días sobre si comprar en la farmacia la vacuna de la meningitis B para sus hijos que no está incluida en el calendario vacunal, pero que los pediatras recomiendan poner. Y es que esta inmunización no deja de ser un seguro para evitar la cepa más común de la meningitis, una infección bacteriana poco frecuente pero que puede dejar graves secuelas o causar la muerte en menos de 24 horas. El problema es que la vacuna no está incluida en el calendario vacunal, es decir, no está financiada por el sistema público de salud, y cuesta la friolera de 106,15 euros.

Las farmacias están autorizadas a vender la vacuna contra la meningitis B desde el pasado 1 de octubre, después de que el medicamento haya pasado a ser clasificado como de “prescripción médica no restringida”. Antes de esa fecha sólo era de uso hospitalario en los casos de potencial riesgo.

“Los primeros días hubo problemas de suministro, y aún así ahora llegan con cuentagotas”, aseguran varios de los farmacéuticos consultados por DNA. “Se traen por encargo y tenemos lista de espera. Hay muchos padres apuntados y no siempre piden una dosis sino varias según los niños que tengan, pero de momento están llegando a las farmacias muy pocas unidades”, afirman. Y es que la capacidad de producción del laboratorio es inferior a la demanda tras decretarse la venta libre del producto, aunque se espera que la distribución esté normalizada a mediados o finales de noviembre.

Miren H., de 33 años, es un mar de dudas. Con un bebé de tres meses y otro de cuatro años, no sabe qué hacer. Si poner o no la vacuna frente al meningococo B a sus pequeños. “El pediatra me la recomienda pero, sólo de entrada, son más de 210 euros y si fuera tan necesaria, digo yo que ya la pondría Osakidetza ¿no?”, pregunta en voz alta.

Enfermedad muy grave Esta profilaxis va destinada al meningococo B que provoca el 65% de los casos de meningitis. “La meningitis B es una enfermedad muy grave que puede llevar a la muerte en pocas horas a un niño previamente sano. Tiene una mortalidad muy elevada, que se evita sobretodo con el diagnóstico temprano, y de los que sobreviven, el 30% queda con secuelas graves o muy graves”, explica Javier Cerero, pediatra. Cerero habla así de la forma realmente grave, la septicemia o infección de sangre, que puede llevar a la muerte rápidamente si no se diagnostica en las primeras horas. “Ésta es la última gran meningitis que nos quedaba después de que las demás hayan desaparecido gracias a las vacunas”, asegura el pediatra, que también está recomendándola a sus pacientes.

Y es que hablamos de una de las pocas inmunizaciones que no contempla el calendario oficial. En Euskadi está incluida la vacuna conjugada contra el neumococo C, Prevenar, que hasta su reciente incorporación también representaba un dolor de cabeza para los padres ya que muchos optaban por adquirirla en las farmacias a un coste de unos 70 euros. En la CAV, la última modificación en el calendario ha consistido en adelantar la inmunización contra la varicela, otra de las reivindicaciones clásicas para proteger mejor a la infancia. Una medida adoptada en base a las recomendaciones del Consejo Asesor de Vacunaciones de Euskadi, reunido el pasado 3 de septiembre. Así, en lugar de vacunar como hasta ahora a los niños y niñas que no habían pasado la varicela a los 12 años de edad, se vacunará a todos los críos nacidos a partir del 1 de enero del 2015 al cumplir los quince meses y a los 4 años en los centros de salud de Osakidetza.

La Asociación Española de Pediatría es unánime al confirmar la necesidad de administrar esta nueva vacuna. El coordinador del Comité de Vacunas de esta asociación, David Moreno, admite que “la llegada de la inmunización contra la meningitis B a las farmacias viene a cumplir la demanda de las sociedades científicas”, pero reconoce que “el fin último de nuestra reivindicación es que se incluya en el calendario vacunal, como ha ocurrido con la del meningococo C, Prevenar”, indica taxativo.

Se da la circunstancia de que la nueva vacuna ya está incorporada desde hace varios meses en diferentes calendarios oficiales de otros países, fundamentalmente en aquellos donde predomina este tipo de bacteria. Los primeros informes de estos países como, por ejemplo, Canadá, concluyen que es una vacuna segura. Reino Unido la incorporó el pasado mes de septiembre a su programa vacunal tras laboriosas negociaciones con los laboratorios sobre el precio final.

Polémica por el coste El debate más lacerante se produce porque la vacuna no es accesible para las familias de rentas bajas. El laboratorio Novartis comercializa la vacuna en España con el nombre Bexsero con un precio de venta al público de 106,15 euros cada dosis. Así, la prevención completa frente a la enfermedad meningocócica podría costar a las familias más de 700 euros por criatura.

De hecho, el número de dosis que hay que inyectar a cada pequeño depende de la edad. Para los menores de seis meses, las dosis recomendadas son cuatro. De seis meses a dos años, tres, de dos a diez años, dos dosis y para los mayores de diez, otras dos.

Los pediatras reconocen que se trata de una vacuna muy cara, pero creen que protege a los pequeños, con una probabilidad del 50%, de una patología muy grave. Los profesionales aseguran además que se trata una enfermedad “muy traicionera que es muy complicada de diagnosticar”. “Los primeros síntomas son fiebre normal y la garganta roja, que puede confundirse fácilmente con una gripe común o una faringitis”, subrayan.

La vacuna frente al meningococo B previene la enfermedad meningocócica invasiva. La Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación con Bexsero porque aunque la incidencia es baja (0,7 casos por cada 100.000) la mortalidad es alta (10%) y también la posibilidad de secuelas neurológicas y amputaciones (20- 30%). La enfermedad es más frecuente en menores de 5 años, y en adolescentes. El principal argumento del Ministerio de Sanidad para no introducir la vacuna del meningococo B es que no considera la tasa lo suficientemente elevada como para justificar una inmunización masiva, a pesar de que siete de cada diez casos de meningitis son del serogrupo B.

La novedad de esta vacuna reside en que desde el pasado 1 de octubre puede dispensarse de forma libre en las farmacias. Hasta ahora, esta inmunización estaba calificada como de uso hospitalario, lo que suponía que sólo se administraba en casos puntuales, como en pacientes con problemas en su sistema inmunológico, o en casos de brotes epidémicos, para proteger el entorno. En el resto de casos, no era posible su venta libre en España. En principio, las autoridades sanitarias no contemplan su inclusión en el calendario vacunal infantil. También está disponible en las boticas de Portugal, Alemania, Francia, República Checa, Italia, Reino Unido, Irlanda, Grecia, Austria y Polonia.

La vacuna Bexsero se autorizó en la UE en 2013. Tras la presentación a la Agencia Española del Medicamento de nuevos datos de calidad y seguridad acumulados tras la distribución de más de 1,2 millones de dosis de la vacuna en todo el mundo, cambió su clasificación de medicamento de uso hospitalario a medicamento de prescripción médica no restringida. Se trata de una vacuna indicada para la inmunización de bebés desde los dos meses frente a la enfermedad meningocócica invasiva causada por Neisseria meningitidis serogrupo B. Se trata de la causa más frecuente de meningitis bacteriana. El pasado año se contabilizaron en España entre 400 y 600 afectados.

El trabajo de la Ponencia de Vacunas detalla que la incidencia del meningococo B es alta en Galicia, donde la enfermedad es endémica. Aunque con los datos de las últimas seis temporadas, junto con Galicia, se observa una mayor incidencia en áreas como el País Vasco, Navarra, Cantabria, y también en Andalucía. Sin embargo, se destaca que en estos seis últimos años, todas las comunidades han experimentado una tendencia descendente de la enfermedad. Se contagia de persona a persona a través de las secreciones respiratorias y la saliva. Del 15 al 20% de los adolescentes son portadores asintomáticos. No suelen enfermar, pero suelen ser la fuente de transmisión.