Bilbao - El Gobierno Vasco va a revisar el examen de EGA y el resto de los títulos de euskera. Mañana llega al Parlamento Vasco para su debate una proposición no de ley (PNL) de los socialistas que persigue reformular el sistema para la acreditación oficial del conocimiento de euskera. Cada año, alrededor de 20.000 personas -fundamentalmente jóvenes y funcionarios- realizan el examen para acceder al EGA (Euskararen Gaitasun Agiria). Pero solo supera la prueba uno de cada cuatro. A pesar de que el porcentaje de aprobados no difiere demasiado del que opera en pruebas de aptitud de nivel similar (el equivalente al C1 del Marco Común Europeo de Referencia de las Lenguas), el EGA se ha convertido en un problema capital y vital para miles de personas que año tras año fracasan en el intento tras haber invertido mucho tiempo, ilusión, esfuerzo y dinero.
Los datos están ahí. El curso pasado la tasa de aprobados se situó en el 26,48%. Sin embargo, no se puede hablar de una “evolución crecientemente negativa” para conseguir la acreditación, como denuncia en la justificación de su proposición la exconsejera de Educación, Isabel Celaá. No en vano, el número de aprobados ha crecido cinco puntos respecto a 2012, cuando la socialista lideraba el Departamento que organiza la prueba y expide los títulos. Durante la etapa Celaá, el Gobierno de Patxi López no promovió cambio alguno en el examen que acredita como usuario competente a pesar de que hubo más suspensos que en 2015 en tres de sus cuatro años de mandatos: el 77,9% en 2010, el 77,8% en 2011, y el 78,5% en 2012. Ese último año, solo aprobaron el EGA 2.813 de las 13.095 personas que hicieron el examen.
El viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Bastarrika, avanza a DNA que un grupo de sabios va a revisar el EGA y el resto de los perfiles porque “no se ha hecho hasta ahora, ni siquiera en los años en que hubo aumento importante de suspensos”. El objetivo es doble. Por un lado, adaptar los criterios de evaluación y contenidos de las pruebas a los estándares europeos; y de otro, profundizar en el enfoque comunicativo de las pruebas y poner en valor la evaluación continua. “Tenemos que trabajar para mejorar los resultados del EGA, pero no solo del EGA, sino de todas las certificaciones de euskera”, apunta Baztarrika, quien reconoce su “preocupación” por el alto nivel de suspensos.
Aun así el viceconsejero opina que “se ha mitificado el EGA, y tenemos que acabar con la falsa ecuación de EGA es igual a ser vascohablante. No es necesario tener el EGA para ser vascohablante”. Aclara que el EGA “supone un nivel muy avanzado de competencia en euskera, exactamente el C1 del Marco Europeo, y ese nivel no lo necesita ningún hablante estándar de ninguna lengua [?] Nadie en la vida social del día a día necesita redactar reportajes periodísticos o impartir clases en la universidad o redactar informes técnicos sobre medio ambiente en euskera”. El problema generado, dice, es que durante muchos años, debido “a la no normalidad social del euskera”, la acreditación de conocimiento del euskera por excelencia ha sido el EGA y “se ha sobredimensionado y mitificado este título. Hay que acabar con esta mitificación, que es profundamente negativa para el euskera”.
Cambios sin demagogia Baztarrika ve con buenos ojos que el asunto se debata en el Parlamento, “eso es bueno”, si no se cae en la demagogia. El viceconsejero resume así su postura: “Mi posición es que hay que mejorar los resultados de EGA y de cualquier otro nivel (todos los perfiles), pero con eficacia y rigor, sin dramatismos ni sobreactuaciones”. “No hagamos sonar la melodía de la agonía con los resultados del EGA. Mejorar y corregir sí, sin duda; flagelarnos, no, eso nunca”. Y el Gobierno Vasco ya se ha puesto manos a la obra.
Desde la aprobación del decreto sobre convalidación de títulos de euskera y su homologación con el Marco Europeo para las Lenguas, el Gobierno Vasco dispone de un mecanismo de coordinación de las pruebas convalidadas, que son todas las pruebas de certificación, incluido el EGA. Ese órgano es la Comisión de Seguimiento de las Convalidaciones de Títulos de Euskera y, bajo la dirección de la viceconsejería de Política Lingüística, está integrada por Educación, HABE, IVAP, Osakidetza, Er-tzaintza y Función Pública. Entre otros asuntos, la cuestión de los resultados de las pruebas fue abordada en la reunión que el pasado día 2 de octubre mantuvo la citada Comisión de Seguimiento. Baztarrika explica que, en dicha reunión, todos los organismos presentes “acordamos crear un grupo de trabajo técnico de estudio de los distintos sistemas de acreditación, con la presencia de técnicos de los propios departamentos del Gobierno y el asesoramiento de personas externas expertas en materia de acreditación de conocimientos de lenguas”.
Mejorar la acreditación Su cometido será el de “analizar y tratar de unificar los criterios de evaluación, requisitos de competencia mínimos a superar, posibles sistemas de compensación entre distintas destrezas lingüísticas, etc.; todo ello para seguir profundizando en el enfoque comunicativo de las pruebas y en la adaptación del Marco Europeo a la realidad de nuestra lengua”, afirma el titular de Política Lingüística. El objeto de estudio abarcará la totalidad de los sistemas de acreditación; por tanto, también el EGA, pero no solo el EGA. “Se trata de mejorar en la medida de lo posible todos los sistemas de acreditación: HABE, IVAP, Ertzaintza, Osakidetza, Educación”, confirma el viceconsejero.
El proceso de convalidación de las pruebas de euskera iniciado en 2008 garantiza la adaptación de las pruebas de euskera convalidadas al Marco Europeo, pero es necesario adaptar las recomendaciones del Marco a la realidad sociolingüística del euskera. “El Marco -comenta Baztarrika- está definido sobre todo desde y para la realidad de la enseñanza de lenguas extranjeras y en situación social normalizada, y creemos que debemos adaptarlo a la realidad del euskera, que es una lengua de aquí, en proceso de revitalización social”. En definitiva, resume Baztarrika, con esta importante iniciativa “queremos dar prioridad a los procesos de aprendizaje, que el objetivo sea aprender y usar el euskera, no tanto la certificación”.
Preocupación por los resultados. Entre otros motivos, el cambio del sistema de acreditación de euskera se debe a la “preocupación” por el índice de resultados que se dan en determinados niveles. Por ejemplo, “tenemos la evidencia de que en la mayoría de los sistemas de acreditación, las pruebas referidas a la competencia escrita están siendo las más determinantes en el índice de aprobados”, afirma el viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika. Es en este punto, dice, donde la balanza se inclina de manera importante hacia los suspensos. “¿Debe ser así? ¿No es hora de incidir más en la competencia oral y menos en la escrita, sobre todo en determinados niveles? ¿No podemos implantar la evaluación permanente como parte no solo del aprendizaje sino también de la certificación?”.
Grupo de expertos. El Grupo de Trabajo Técnico creado en la reunión de 2 de octubre por la Comisión de Seguimiento de las Convalidaciones de Títulos de Euskera, integrado por técnicos de todos los órganos que acreditan certificaciones de euskera y por técnicos expertos en materia de certificación de lenguas, realizará los siguientes trabajos que serán recogidos en un informe: adaptación del Marco Europeo de Lenguas a nuestra realidad sociolingüística; unificación de criterios de evaluación y de los sistemas de compensación; prestar un mayor peso en la evaluación a la competencia comunicativa, es decir, mayor peso de la competencia comunicativa y expresiva con relación a los conocimientos gramaticales, adaptando lo más y mejor posible la evaluación a nuestra realidad sociolingüística. Otro de los objetivos del estudio “será también cómo integrar y dar valor a la evaluación continua de cara a la certificación, en aquellos sistemas de acreditación en los euskaltegis”.
Desde este curso. HABE comenzará a poner en marcha la evaluación continua en los niveles iniciales (A1 y A2, y B1) ya en 2016. En el curso 2015-2016 serán los euskaltegis los que evaluarán y certificarán los niveles A1 y A2, y harán los exámenes específicos para el B1. Como en la educación obligatoria, la certificación se lleva a cabo en el propio centro, “por la sencilla razón de que hay que vincular lo más posible el aprendizaje y la evaluación”, afirma Baztarrika.