SANTANDER. Así lo han afirmado los médicos forenses, especialistas en psiquiatría que han testificado hoy en la sección tercera de la Audiencia de Cantabria, donde esta semana se celebra el juicio con Jurado popular por el doble crimen cometido en la playa Salvé de Laredo, en el que un hombre de 52 años está acusado de haber matado a una mujer y a su padre.
Los hechos ocurrieron el 17 de agosto de 2014 cuando, presuntamente, el acusado, M.I.R., acuchilló a una mujer de 43 años que salía de la playa junto a su padre, a quien cortó en el cuello cuando trató de defender a su hija. Tanto ella como su padre fallecieron ese mismo día.
Los forenses, al igual que el psiquiatra que atendió al acusado en el Hospital de Valdecilla al día siguiente de los hechos, han ratificado los informes en los que se señala que "no se encuentra ninguna alteración psíquica patológica" y que tampoco les consta que sufriese "alteraciones mentales" en el momento del suceso.
Además, los forenses descartan causas orgánicas que hayan podido ocasionar la amnesia que dice sufrir el acusado y aprecian en él un "transtorno de personalidad" y una "conducta poco normativa".
Y han hecho hincapié en que no tenía síntomas de haber ingerido drogas, ni de síndrome de abstinencia.
En el caso de que hubiese consumido drogas aquel día y que estas le hubieses llevado a tener alucinaciones, como así ha declarado en el juicio pero no en declaraciones previas, los forenses estiman que dichas alucinaciones no habrían durado segundos o minutos.
También han recordado que las pruebas de consumo de drogas a las que fue sometido el acusado tras los hechos solo dieron positivo en cannabis, por lo que "se descarta que hubiera consumido cocaína", como ayer declaró que había hecho.
A los forenses les "llama la atención" la "frialdad emocional" del acusado, que "difícilmente se pone nervioso", y han recordado que cuando trataron con él "no expresó emociones ante hechos muy graves" y "contó todo con total tranquilidad".
Asimismo, han declarado que al acusado "no se hace responsable de sus actos" y "sólo busca justificaciones por causas exteriores", lo que les llevó a pensar que "tiene rasgos psicopáticos", que, no obstante, "no le impiden controlar sus impulsos", ni perder la percepción de la realidad.
"Es una persona impulsiva, que no valora 'pros y contras' por su falta de empatía. Conoce la realidad y controla sus impulsos", han concluido los forenses.
Por su parte, los forenses que realizaron la autopsia del hombre de 71 años han explicado que, además de lesiones de defensa y lucha, la víctima tenía una herida inciso punzante en el cuello que le seccionó completamente la yugular y casi por completo la tráquea, heridas ambas "mortales de necesidad".
Y, en el caso de la autopsia de la joven, los forenses han informado de que la herida que ocasionó la muerte se produjo con un cuchillo que entró por el lado derecho del pecho, atravesando el pulmón derecho para acabar afectando también el izquierdo.
La "importante cantidad de sangre" que se encontró entre los pulmones y las costillas (900 centímetros cúbicos) fue la "responsable del shock hemorrágico" que ocasionó el fallecimiento, según los peritos.
En su informe, el fiscal ha apuntado que las capacidad mentales del acusado son la "clave" del procedimiento; que atacó a sus víctimas "sorpresivamente" y sin que hubiese defensa posible.
"El ataque era contra la joven y a él lo mató por molestarle", ha señalado; haciendo hincapié en que "nadie apreció un solo síntoma de intoxicación por drogas en el acusado.
La acusación particular ha hablado de "ataque traicionero" y de "emboscada" a las víctimas, que demuestra su imputabilidad y alevosía. Sin embargo, la defensa rechaza esa alevosía porque, ésta se determina cuando el autor trata de garantizar el resultado de su actor, pero también su propia seguridad, algo que M.I.R. "no hizo" porque "todos le vieron matar".
En sus conclusiones, el Ministerio Fiscal ha mantenido su petición de pena de 35 años por un asesinato y un homicidio, mientras que la acusación particular califica los hechos como dos asesinatos, solicitando penas de 40 años.
Por su parte, la defensa pide que las muertes se califiquen como sendos homicidios y no como asesinato y solicita que se apliquen los atenuantes de transtorno mental y toxicomanía.