Nickelsdorf - La decisión alemana de controlar su frontera con Austria ante la ola de refugiados de Oriente Medio empezó ayer a notarse en suelo austríaco, donde se aglomeraron miles de personas que seguían llegando y ya no podían seguir hacia Alemania con la rapidez de los últimos días.
En el paso fronterizo de Nickelsdorf, el principal cruce entre Austria y Hungría, llegaron hasta la tarde hoy casi 9.000 personas que esperaban subirse a autobuses o trenes que los acerquen hacia su deseado destino en Alemania. Siguiendo el ejemplo del país vecino, el Gobierno austríaco anunció ayer también la introducción de controles en su frontera con Hungría, acompañado por el envío de unos 2.200 soldados del ejército federal que asistirán a la policía en las inspecciones.
“Sí, vamos a proceder como Alemania. En el marco del código Schengen se permiten controles fronterizos temporales y esos son los que vamos a introducir, es decir, directamente en la frontera”, dijo ayer en Luxemburgo la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner.
La ministra austríaca, que participó en una reunión de ministros del Interior de la Unión Europea (UE), no quiso revelar si los controles se llevarán a cabo en solo un punto o en más pasos con otros países fronterizos, aunque confirmó que empezarán “directamente en la frontera con Hungría”.
desconocimiento Mientras, sobre el terreno, en Nickelsdorf, muchos refugiados ni sabían ayer que tras diez días de política de “puertas abiertas” todo está por cambiar en Europa. Cuando reciben la noticia, “muchos tienen miedo pero mantienen su fuerte voluntad de llegar a Alemania”, explicó una traductora de árabe que se encarga se informar a sus compatriotas sirios.
Malek, un joven que salió de Damasco hace 12 días, reconoció no tener noticia de esos controles, aunque aseguró no estar preocupado por el cambio de política. “¿Por qué debería tener miedo? Tengo mi pasaporte, mis papeles”, afirmaba consciente de que su condición de sirio, un país sumido en una guerra civil, le abre la posibilidad de pedir asilo en Alemania. “El Gobierno alemán debería comprobar los papeles a todos”, dijo, al añadir que muchos refugiados de otros países, como Pakistán o Irak, también afirman ser sirios para recibir ese trato.
De hecho, la traductora aseguró que apenas un 10% de los refugiados en Nickelsdorf ayer eran sirios. “El flujo ha aumentado respecto a los últimos días. El problema es que no podemos llevarnos a la gente tan rápido porque nuestra capacidad está agotada”, explicó el portavoz policial Gerald Pangl. - Efe