madrid - El no conceder suficiente importancia al maltrato sufrido, el miedo al maltratador y a no ser creídas, la vergüenza y el no querer perjudicar al agresor son los principales motivos que impiden a las víctimas de violencia machista denunciar su situación. Estas son algunas de las conclusiones del estudio Sobre la inhibición a denunciar de las víctimas de violencia de género, elaborado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, que fue presentado ayer en la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad. Para su realización se entrevistó a 50 mujeres víctimas de violencia machista, de las que 40 no habían denunciado a su agresor mientras que las otras 10 sí lo habían hecho.

Este trabajo, cuyas conclusiones coinciden en gran medida con las obtenidas en la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de este pasado marzo, se emprendió como apoyo a ésta y con el objetivo de “profundizar en el conocimiento de las motivos que impiden a las mujeres víctimas de malos tratos denunciar su situación y utilizar los recursos puestos a su disposición por las administraciones para su protección”.

En concreto, la Macroencuesta reveló que el 86,67% de las mujeres que fueron víctimas de malos tratos acudieron a la policía o al juzgado, a algún servicio de ayuda o contaron su situación a alguien del entorno. No obstante, sólo el 28,6% de las víctimas de esta lacra denunciaron. La Delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, destacó también que el 44,6% no denunciaron por “no conceder suficiente importancia a la violencia de género sufrida”; el 26,56% por el miedo; y un 21% por vergüenza. La criminóloga y psicóloga forense Pilar Menchón subrayó que hay que tener en cuenta que el proceso de finalizar una relación de violencia machista es “largo y con muchas dificultades”, en el que las víctimas sufren un deterioro psicológico que en muchas ocasiones impide que tomen decisiones y busquen salidas a su situación. Este deterioro, explicó, aumenta la indefensión y provoca que limiten su iniciativa de dejar la relación, y, por tanto, de denunciar. Además, la experta indicó que a ello se une que cuando el maltratador “nota cambios” en la mujer emplea más conductas de abuso, control y amenaza para tratar de evitar que la víctima pida ayuda.

La ayuda médica y psicológica, la formación, facilitar su incorporación al mercado laboral y ayudar a identificar lo que les está ocurriendo son medidas que los expertos propusieron para que las víctimas logren salir de la situación. El estudio también revela que el sentimiento de culpa y las presiones familiares están perdiendo fuerza. “Los sentimientos de culpabilidad al recibir malos tratos porque no son buenas madres, mujeres o no hacen bien las cosas han perdido fuerza. Han tomado conciencia de que los responsables de esas conductas son ellos”, destacó Menchón. - E.P.