LOGROÑO. La Jefatura Superior de Policía de La Rioja ha intervenido en Logroño 132,8 kilos de hachís, la mayor cantidad de esta droga incautada en esta región desde hace diez años, que se pretendían distribuir en la ribera del Ebro por un grupo criminal organizado, cuyos seis miembros han sido detenidos.

El delegado del Gobierno en La Rioja, Alberto Bretón; el jefe superior de Policía de La Rioja, Pedro Luis Mélida; y el inspector jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO), Fernando Ascaso, han detallado hoy, en una rueda informativa, los datos de esta operación, denominada "Chispas".

Este grupo criminal organizado, asentado en La Rioja desde hace varios años, estaba especializado en la introducción de hachís en esta comunidad, pero sus miembros -tres hermanos, las esposas de dos de ellos y otro familiar- no tenían ningún tipo de contacto con la droga, ha explicado Ascaso.

En esta operación se ha detenido a ocho personas, de las que seis son miembros del grupo criminal -cuatro han ingresado en prisión- y las otras dos regentaban un local de ocio en Logroño donde se distribuía el hachís a pequeños y medianos traficantes de la zona de la ribera del Ebro y comunidades limítrofes, como País Vasco, Navarra y Aragón.

Los detenidos contaban con una amplia infraestructura, que les permitía la adquisición directa de hachís en el norte de Marruecos, su introducción en España, su traslado y ocultación hasta Logroño, desde donde se distribuía.

Se han efectuado seis registros -tres en domicilios y en un bar en Logroño y dos en viviendas de Oyón (Álava)- y el valor en el mercado negro de la sustancia intervenida podía haber alcanzado los 750.000 euros.

Ascaso ha explicado que el hachís intervenido pertenecía a un grupo criminal asentado en La Rioja, compuesto por distintos miembros de tres familias de origen norteafricano, quienes se valían de esos lazos familiares para realizar esta actividad ilegal.

Ha añadido que la complejidad de la investigación ha radicado en la utilización de personas ajenas a la organización y sin relación con la misma para el traslado y ocultación del hachís, que se localizó en las proximidades de un polígono industrial de Logroño, escondido en el interior de una "caleta o agujero" especialmente acondicionado para su ocultación y conservación.

Las entregas a los traficantes finales se realizaban mediante intermediarios, alguno de ellos menores de edad, integrados en el grupo criminal, con el fin de que las fuerzas de seguridad no pudieran relacionarlos con el grupo.

El responsable del grupo criminal utilizaba automóviles de alta gama para los desplazamientos hasta distintos puntos de España y de Marruecos para controlar la introducción de la droga y verificar el ingreso de los beneficios económicos por esa actividad en el país africano.

Esta operación ha permitido desmantelar uno de los grupos criminales más activos en la introducción de este tipo de sustancias estupefacientes en España, especialmente en la zona norte y ribera del Ebro, del que han sido detenidos seis miembros, cuatro hombres y dos mujeres, todos ellos de origen norteafricano, ha preciado el delegado del Gobierno.

Los otros dos detenidos, un hombre de nacionalidad española y una mujer de origen sudamericano, proceden de la desmantelación de un punto de venta ilegal de estas sustancias estupefacientes, situado en un bar en el centro de Logroño, que regentaban y desde donde se distribuía el hachís que era suministrado por este grupo criminal.

En los registros efectuados se han intervenido, además de los 132,8 kilos de hachís, repartidos en bloques de kilo y medio kilo; 16,7 gramos de speed, 10.170 euros, 27 teléfonos móviles, 3 balanzas de precisión y 5 vehículos, así como abundante documentación.

Bretón ha relatado que la cantidad de hachís incautada en esta ocasión es superior a los 95 kilos intervenidos en la operación "Pajaroto" en diciembre de 2014.

Ha insistido en que el denominador común de trabajo en este tipo de operaciones es luchar contra la organización criminal y las personas que hacen del tráfico de droga un modo de vida.

Mélida ha resaltado que esta operación es resultado del trabajo realizado exclusivamente por funcionarios de la Jefatura Superior de Policía, en la que la UDYCO contó con la colaboración de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) para los dispositivos policiales en Logroño y Oyón, con los que se realizaron los registros y detenciones de los investigados.

Esta operación policial ha sido dirigida y coordinada por el Juzgado de Instrucción número Dos de Logroño, que decretó el ingreso en prisión de los cuatro varones pertenecientes al grupo criminal, mientras que el resto fue puesto en libertad con cargo.

Las actuaciones policiales siguen abiertas, pendientes de algunas detenciones, que se prevé realizar en las próximas fechas.