vitoria - La consejera de Educación, Cristina Uriarte, afirmó ayer lo obvio en el Parlamento Vasco, que el Gobierno Urkullu tiene las manos atadas respecto a los contenidos polémicos de la nueva asignatura de Religión Lomce ya que es la Conferencia Episcopal Española la encargada de elaborarlos merced a los acuerdos suscritos por el Estado español y la Santa Sede en 1979. Aun así, la titular de Educación no ocultó que si fuera por ella relajaría el peso doctrinal de una materia que, entre otras cosas, enseña en Bachillerato el origen divino del cosmos. Para Uriarte, el nuevo currículum de Religión “debería tener otro enfoque” como, por ejemplo, trabajar la religión como un legado histórico. En todo caso, dijo, “poco podemos hacer al respecto”.
Esta respuesta de la consejera soliviantó a la socialista Isabel Celaá, quien acusó a Uriarte de “inhibirse” al ampararse en “un acuerdo entre estados” para no actuar contra “un currículum -el de Religión- que es dogmático como nunca, adoctrinador como nunca”. Esta queja tuvo cumplida respuesta de la actual responsable del Departamento vasco de Educación. “Resulta curioso que usted nos pida explicaciones o soluciones [...] porque dichos acuerdos -Estado español y Santa Sede- han estado vigentes todos estos años, de los cuales 22 ha estado gobernando el Partido Socialista. Y sin embargo, ustedes nunca han hecho el mínimo esfuerzo por derogar o modificar dichos acuerdos”.
Más allá de este desencuentro, Uriarte compartió el fondo de la preocupación expresada por Celaá respecto a ciertos contenidos acientíficos incluidos en la nueva Religión Lomce. En concreto, la socialista aludió al hecho de que se enseñe en Bachillerato la teoría creacionista, que sostiene que Dios está tras el nacimiento del universo y se exija al alumnado que reconozca “el origen divido del cosmos”. En este punto, la consejera quitó hierro al problema recordando que una cosa es el currículum oficial y otra el currículum oculto, aquello que llega al aula. Así manifestó que “los profesores sabrán interpretar y adaptar a la realidad y las necesidades del alumnado los contenidos y los criterios de evaluación”.
Asimismo, Uriarte aclaró que los estudiantes vascos abordan el origen del universo “desde el punto de vista científico”, dentro de Ciencias naturales, como es lógico”. Por otro lado, destacó que el Currículum Vasco del proyecto Heziberri 2020 ha rebajado un 30% las horas de Religión “con la intención de reforzar las ciencias y las lenguas”. Y para disipar cualquier duda sobre la postura que mantiene su Departamento respecto al lugar que Religión debe ocupar en la escuela, Uriarte aseguró que “el Gobierno hace una apuesta por un sistema educativo no confesional”. Un sistema, matizó, “que garantiza la libertad de elección y la no discriminación por motivos religiosos”. Este planteamiento concuerda con el sentir mayoritario de las familias vascas. Y es que, seis de cada diez estudiantes han elegido no estudiar Religión el curso que viene. Tal y como adelantó ayer DNA, el 62% del alumnado vasco ha marcado en su matrícula del próximo curso la casilla de Valores Sociales y Cívicos y el 36% Religión. Euskadi es tras Catalunya la comunidad más laica por el imparable proceso de secularización de la sociedad y por el desinterés del alumnado hacia la materia de Religión. Según el último anuario estadístico del Ministerio de Educación, el 30,50% del alumnado de Primaria estudia Religión frente al 65% de la media estatal.