Más de la mitad de los jóvenes vascos no logran un empleo y los que consiguen trabajar lo hacen en condiciones precarias. El resultado del desempleo y la precariedad es que el objetivo de la emancipación se consigue con grandes esfuerzos y en menos casos de los deseados. La situación laboral y económica dificulta y a menudo trunca los proyectos vitales de los jóvenes.

El director de Juventud del Gobierno Vasco, Jon Redondo, expuso ayer que el 70% de los jóvenes vascos se emancipa en pareja ante la imposibilidad de hacerlo en solitario debido a la carestía de la vivienda, la falta de ingresos suficientes y las dificultades para acceder a un crédito bancario. Según Jon Redondo, que compareció en comisión en el Parlamento Vasco para hablar sobre la situación laboral de los jóvenes y su emancipación del hogar de sus progenitores, el 48% de los jóvenes de Euskadi se ha emancipado y la edad media para dar el paso son los 30 años, a pesar de que la propia juventud vasca cree que la edad ideal son los 24. La edad media para independizarse en Europa son los 26 años, aunque la edad se reduce en aquellos países con mejores políticas de empleo.

Redondo explicó que “el principal problema” que dificulta la emancipación en Euskadi es el desempleo porque impide a los jóvenes contar con recursos económicos propios para salir del hogar de sus padres. Junto a las dificultades laborales y económicas, la carestía de la vivienda hace que la transición a una vida independiente sea más difícil para los jóvenes vascos. Así, a pesar de que la crisis ha provocado un abaratamiento de la vivienda, el pago de la cuota de la hipoteca o del alquiler todavía supone un gasto demasiado alto para los jóvenes vascos. Según dijo ayer Jon Redondo, la hipoteca o el alquiler se llevan de media el 62% del salario de los jóvenes de la CAV, cuando no debería superar el 30% del sueldo.

En los últimos años los jóvenes vascos se decantan cada vez más por el alquiler y en 2013 esta opción se impuso por primera vez a la vivienda en propiedad, lo que apunta “un cambio de concepto” en consonancia con la realidad europea.

Otro lastre importante para el desarrollo de los proyectos vitales de los jóvenes es la creciente precariedad laboral, que afecta a un porcentaje importante de vascos a pesar de su alto nivel de titulación académica y cualificación. El director de Juventud señaló que las condiciones laborales de la juventud vasca en general tampoco propician la salida del hogar paterno, ya que predominan los contratos temporales y han aumentado los trabajadores a tiempo parcial, que aceptan jornadas reducidas porque no encuentran empleos a tiempo completo. Según los datos facilitados por Redondo, el salario medio del joven vasco que trabaja a jornada completa es de 1.280 euros, un sueldo que se queda en 670 euros de media en el caso de los empleos a tiempo parcial. Con este panorama y con unas perspectivas “negativas”, los jóvenes de Euskadi cada vez están más dispuestos a rebajar su salario o la categoría de su puesto para mantener su empleo y cada vez contemplan más la posibilidad de salir al extranjero a buscar trabajo, incluso entre aquellos que a priori no quieren emigrar.

Según un estudio del Gobierno Vasco, el salario actual de los jóvenes debería incrementarse un 116% para que puedan acceder a una vivienda en propiedad en el mercado libre.