BILBAO. El programa Monité consta de cuatro ejes: un videojuego, al que se puede acceder a través de Internet; manuales para padres, que, por primera vez, contarán con materiales específicos para trabajar con sus hijos, educadores y terapeutas; material complementario como vídeos y cuentos; y una página web para compartir experiencias y reforzar el aprendizaje.
El primer videojuego en español contra el acoso escolar está dirigido a niños de entre 6 y 11 años y su objetivo es educar en la empatía y el respeto para la prevención de conductas que se producen en torno a las situaciones de bullying o acoso escolar. Estará disponible online desde el 16 de febrero hasta el 16 de marzo para pre-reserva en la web www.monite.org.
El escritor de literatura infantil Daniel Nesquens ha escrito la narrativa y el Centro de Innovación Urkide, especializado en pedagogía infantil, ha desarrollado las guías escolares de Monité.
"Esta herramienta cuenta con el apoyo educativo de los padres y profesores para el afianzamiento de las enseñanzas recibidas a lo largo del juego, siendo el objetivo del mismo el aprendizaje de respuestas más adaptativas por parte de todos los posibles agentes implicados en las situaciones de bullying", ha asegurado la directora del centro, Isabel Orbañanos.
Monité es un programa de continuidad. Así, este año se lanzará el primer videojuego que narra las aventuras del protagonista en el primero de los cuatro planetas Raining Planet. En las siguientes tres entregas Clown Planet, Indifferent Planet y Electro Planet, se sigue trabajando en el aprendizaje de conductas contra el acoso escolar concretamente centrándose en el papel del espectador, el acosador, y en el ciberbullying.
Por ello, Orbañanos ha incidido en el valor del juego, ya que "el niño está jugando y se implica más por ser un tema lúdico, mientras se utiliza el sistema aprende a tomar decisiones sobre situaciones que puede encontrarse en la vida real y eso le ayuda a tener un patrón".
Orbañanos ha destacado la posibilidad que ofrece Monité de trabajar el acoso escolar desde todos los ámbitos de la comunidad educativa, ya que "el bullying siempre está fuera del ojo del adulto". "Suele ocurrir en una zona apartada del patio, en un cambio de clase, en el comedor, o incluso, a la salida del centro escolar. Pero en cuanto se detecta, toda la comunidad se implica. Para ello, debemos contar con el apoyo de los profesores, los padres y los mismos alumnos", ha añadido.
El programa Monité trata de llegar a los niños a través de su lenguaje, de forma que "aprenden de forma divertida, pero no por ello menos educativa a través de un videojuego en forma de historia", ha explicado la experta.
Asimismo, ha indicado que el hecho de jugar en niños es condición para que el aprendizaje sea "realmente significativo porque ofrece unos beneficios incalculables", por lo que también Monité propone un cuaderno de manualidades junto al videojuego y a las guías, como forma de reforzar lo aprendido de forma más activa y creativa.
"Nos da ocasión de actuar más eficazmente, además de poder prevenir, ya que se ofrecen los mismos valores y mensajes al niño en los contextos en los que convive más horas al día", ha explicado, por su parte, la psicopedagoga Carmen Pérez Lozano, directora de Proyecto3 Psicólogos. Además, las guías de atención individualizada "permiten a los profesionales y a los padres trabajar mejor el tema con los niños", ha añadido.
CONSECUENCIAS DEL ACOSO ESCOLAR
Uno de cada cinco estudiantes vascos de Primaria (21%) y algo más de uno de cada (14,6%) de Secundaria aseguran haber sufrido "siempre" o "a menudo" alguna práctica de acoso escolar, según datos del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa, dependiente de la Conserjería de Educación.
Por otra parte, el informe Cisneros X. Violencia y acoso escolar en España, en el que se entrevistó a 25.000 alumnos de 2º de Primaria a 1º de Bachillerato de 14 comunidades autónomas, revela que uno de cada cuatro escolares españoles sufre algún tipo de violencia en las aulas.
El acoso escolar puede causar baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, ansiedad, depresión, problemas psicosomáticos e impulsar conductas autolesivas e incluso pensamientos y comportamientos suicidas tanto en las víctimas como en los agresores. Así lo afirma una revisión de estudios estadounidense publicada en el último número de la revista Pediatrics, que indica que la participación en un episodio de acoso escolar propicia el aumento de ideas y comportamientos suicidas.
"El niño que sufre durante un tiempo prolongado acoso manifiesta cambios en su conducta, malestar emocional, inseguridad, deterioro de su autoestima, rechazo del colegio como un lugar no seguro, sentimientos de incapacidad o tristeza, falta de interés por sus actividades habituales, pérdida o aumento de peso, quejas psicosomáticas, y disminución del rendimiento y por ello posibilidad de fracaso escolar", ha advertido Pérez Lozano.